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Ruedas de molino en calle Ximénez de Enciso - ABC

¿Por qué se colocaban piedras redondas en las fachadas de las casas señoriales del Centro?

A partir del siglo XVI se popularizó el empleo de las ruedas de molino en la construcción

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Las calles del centro de Sevilla, y más concretamente la antigua judería, se caracterizan por ser viales estrechos, sinuosos, que serpenteaban como buscando la sombra. Edificios históricos, palacios, palacetes y casas señoriales se presentan majestuosos en casa esquina, frente a un grupo de turistas cámara en mano. Pero pocos objetivos enfocan los particulares zócalos que adornan la calle Fabiola, Cruces o Mateos Gago.

A los pies de la Catedral de Sevilla, la fachada del Palacio Arzobispal se muestra esplendorosa y como referente de la arquitectura sevillana. Sin embargo, en uno de sus flancos, por la calle Don Remondo, esconde un elemento constructivo muy singular: el zócalo está decorado con piedras redondas, en cuyo epicentro se haya un elemento de metal.

Se trata de ruedas de molino.

«Desde la antigüedad se ha reutilizado elementos constructivos de antiguas edificaciones para restuarar casas, o palacios. Normalmente se empleaban trozos de piedra de marmol o de granito encontrados en excaciones o de casas derruídas. Hablamos por ejemplo de restos de columnas, usadas para proteger las esquinas. Esto mismo ocurría con las ruedas de molino» explica el profesor de Urbanismo de la Universidad de Sevilla, José María Lerdo.

Según este estudioso de la ordenación urbanística y la construcción en Sevilla, era habitual que cuando se cerraba o caía en desuso un molino de aceite o de harina, se reutilizaran partes del edificio. Ese es el caso de rueda con la que se molía la aceituna o el trigo, ya fuese por tracción humana o animal.

Trozo de columnas empleada en la esquina en calle Aire
Trozo de columnas empleada en la esquina en calle Aire

Estas ruedas troncocónicas, aunque en ocasiones también se empleaba el cilindro de apoyo en la base del tornillo de apriete del molino, se usaban para fortalecer la estructura de la casas, así como para proteger la zona baja de la fachada frente al roce o posibles golpes de carruajes.

«Era una forma de tener un zócalo fuerte, resistente a los golpes o posibles envites. Por eso en la mayoría de los casos no se revestía, pues ese posible revestimiento se desprendería, y por lo tanto, dañaría la estética de la fachada» indica José María Lerdo.

Detalle de las ruedas de molino
Detalle de las ruedas de molino - ABC

Muchas de estas ruedas, o piedras, procedían orginariamente de canteras como la existente en Gerena, famosa tiempo atrás por su granito; o la cantera de Posadas, de donde se extraía el conglomerado pudinga.

De esta manera, nos encontramos ante un antiquísimo ejemplo de construcción sostenible, pues se trataba de reutilizar elementos de otras edificaciones, «tanto por motivos prácticos como decorativos».

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