Uno de los patios del Rectorado la Universidad de Sevilla
Uno de los patios del Rectorado la Universidad de Sevilla - JESÚS SPÍNOLA

Las causas por las que la Universidad de Sevilla ha salido del Ranking Shanghái

Científicos y profesores ven en la escasa investigación el motivo del «suspenso» y critican la «red clientelar» tejida en torno a la elección del rector

SEVILLA Actualizado: Guardar
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La salida de la Hispalense del Ranking Shanghái, como se conoce al Ranking of World Universities, que hace un registro de las 500 mejores del mundo, ha encendido a la comunidad universitaria sevillana. Son muchas las voces que apuntan a las carencias en investigación en la Universidad de Sevilla como el motivo principal de su «suspenso», algo sobre lo que investigadores y profesores han llamado la atención en muchas ocasiones. Entre esas voces se encuentra la del catedrático de Física Atómica, Molecular y Nuclear, Luis Felipe Rull Fernández, y la de la catedrática de Química Inorgánica y candidata a rector en 2015, Adela Muñoz Páez.

Cabe recordar que en 2015 la Hispalense fue incluida en el ranking, en el que no aparecía desde 2009, entre los puestos 401 y 500.

No obstante, según Muñoz, «con el potencial que hay, debería estar entre las cien primeras».

¿Qué falla entonces? Luis Felipe Rull sitúa el problema en la elección de los distintos rectores. «La Universidad de Sevilla ha tenido la mala suerte de tener una dinastía, que empezó con Miguel Florencio (1996-2008), que nunca ha apostado por la excelencia en la investigación ni en la innovación».

En este sentido, opinan que la Hispalense se ha alejado mucho de los cánones de la excelencia universitaria occidental, que tiene como abanderados la seriedad y la rigurosidad. «Esto es fruto de una tarea de mucho tiempo. No se ha cuidado a los científicos y tampoco se les ha facilitado el trabajo. En muchas ocasiones -cuenta Adela Muñoz-, el presupuesto destinado a los programas de investigación ha tenido que ser derivado para atender necesidades más urgentes». Muñoz resalta también la «red clientelar» que se ha ido tejiendo con el paso de los distintos rectores. «Tenemos un sistema de elección legítimo pero distinto al del resto de universidades españolas. Aquí eligen 300 electores del claustro, a los que es fácil manipular. De ahí que el actual equipo rectoral se haya movido en los círculos del anterior. En Granada, sin embargo, elige al rector una comunidad de 50.000 miembros, que buscan ser representados por los mejores de cada campo. Quizás por eso, este año nos ha adelantado en el ranking».

Por otro lado, Rull asegura que en la Universidad de Sevilla no ha habido una renovación «desde hace mucho tiempo». «No entran investigadores de fuera y tampoco se premia a la gente que investiga dentro. A algunos incluso nos han impedido participar en programas de doctorados entre distintas universidades. La Hispalense -sigue Rull- se quedó estancada al no ponerse en el camino que ya habían emprendido otras universidades, como la de Granada, que creó en Informática y Matemáticas grupos potentes de investigadores. En Sevilla hay buenos científicos, pero no se impulsan para que compitan a nivel internacional».

Por último, ABC se puso en contacto con la Hispalense para conocer su opinión sobre esta bajada en la lista de las mejores universidades, pero argumentaron que «aún están estudiando los resultados».

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