Jesús Herrera, director del Programa Joven de Proyecto Hombre
Jesús Herrera, director del Programa Joven de Proyecto Hombre - PEPE ORTEGA
Entrevista

Jesús Herrera: «Las alertas saltan cuando le quitas el móvil a tu hijo y se vuelve violento»

Este psicoterapeuta, director del programa de adolescentes en Proyecto Hombre de Sevilla cree que «el mal uso de las nuevas tecnologías no es un problema, sino el síntoma de problemas como la carencia de normas o falta de autoestima»

SEVILLA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El voluntariado unió en 2001 al psicoterapeuta Jesús Herrera (Sevilla, 1958) a la fundación Proyecto Hombre de Sevilla, donde comenzó a trabajar dos años más tarde como director del Proyecto Joven, por el que han pasado 2.300 adolescentes de entre 14 y 21 años, a razón de unos 150 anuales. «Proyecto Hombre nació en los años 80 como respuesta al boom del consumo de heroína y la alarma social que generó, pero ahora tenemos muchos programas que atienden otros problemas de los jóvenes, como problemas de comportamiento o mal uso de las nuevas tecnologías», indica Herrera. En los últimos años, el 20% de los jóvenes que han acudido a la fundación lo han hecho precisamente por abuso de móviles, ordenadores...

-En Proyecto Joven tratáis a adolescentes de entre 14 y 21 años, algunos «enganchados» a las nuevas tecnologías. ¿Cuántos chicos están actualmente en tratamiento por esa nueva adicción?

-Tenemos a 52 chicos con sus familias en Proyecto Joven, de los que 9 están por nuevas tecnologías, es decir, casi un 20%, que es un porcentaje alto. No me gusta hablar de adicción, sino de mal uso o abuso de las nuevas tecnologías. El juego patológico es la única adicción comportamental que está recogida en el DSM-5, el manual de diagnóstico de trastornos psiquiátricos. Cuando tratamos a esos chicos y profundizamos un poco nos damos cuenta de que el abuso de las nuevas tecnologías no es el problema, sino el síntoma, aunque el síntoma se puede convertir en un problema si no se soluciona. Detrás de esos síntomas puede haber un problema de falta de cohesión parental, carencia de normas y límites, falta de autoestima, carencia de afectividad, problemas de control de impulsos...

-¿Se ha incrementado el número de adolescentes que llegan a Proyecto Joven con problemas de mal uso o abuso de las nuevas tecnologías?

-Hace cuatro años no venía nadie con ese problema. ¿Nuevas Tecnologías para quién? Las nuevas tecnologías son nuevas para los adultos, pero no para los jóvenes, que son nativos digitales y no conocen otra cosa. Cada vez entran más familias y chicos que nos dicen que el problema de su hijo es que está todo el día enganchado al móvil, pero insisto en que ese no es el problema, sino el síntoma del problema. Cuando evaluamos y escarbamos para hacer un diagnóstico nos encontramos que hay problemas más serios detrás.

-¿Los móviles pueden ser una droga para los jóvenes?

-Sí. De hecho, una de las características de las drogas convencionales es el síndrome de abstinencia o el nivel de tolerancia, es decir, que cada vez se necesita una mayor dosis para conseguir el mismo efecto o que cuando no lo tienes hay una respuesta física y psicológica. Se están dando esos síntomas en jóvenes y adultos muy dependientes de los móviles. Con el tiempo no me extraña que en futuras ediciones del DSM, se incluya la adicción a las TICs (Tecnologías de la Información y Comunicación) como una adiccion comportamental, pero hoy todavía no hay evidencia científica de que sea una adicción, aunque pueda llegar a serlo. ¿Qué semejanza hay con la droga? Muchas, la idealización, que toda su vida gire en torno a eso, que haya un deterioro físico y psicológico, un síndrome de abstinencia... cada vez se asemeja más al consumo de droga, aunque el abordaje terapéutico es totalmente diferente.

Un 20% de los jóvenes en tratamiento en Proyecto Hombre tienen problemas por un mal uso de las nuevas tecnologías
Un 20% de los jóvenes en tratamiento en Proyecto Hombre tienen problemas por un mal uso de las nuevas tecnologías - PEPE ORTEGA

-Cuando las familias llegan a Proyecto Joven porque sus hijos abusan de las nuevas tecnologías, ¿es porque están todo el día conectados a WhatsApp, al ordenador...?

-Los padres no lo saben con exactitud. Las familias te dicen que cuando les quieren quitar el móvil sus hijos se ponen violentos. Lo que habría que plantear es qué ha pasado en esa familia para que un padre no tenga la autoridad suficiente para requisar el móvil a su hijo. Un abuso problemático es un proceso, no llega de la noche a la mañana. ¿Quién ha potenciado ese proceso? Hay que hacer un poco de autocrítica porque muchos padres han entregado a los hijos móviles para que les dejen tranquilos pero a medida de que son adolescentes, los padres hablan ya de un problema.

-¿Está diciendo que los padres tienen que hacer también terapia?

-Es que nosotros ni queremos ni sabemos trabajar sin los padres. Se trata de una terapia familiar.

-¿Qué síntomas evidencian un abuso de las nuevas tecnologías?

-La sintomatología que nos da la alarma es parecida a la de consumo de sustancias, como alcohol o cannabis. Hay que preocuparse cuando cambian su estilo de vida y su estado de ánimo; cuando dejan de hacer cosas que antes les gustaba mucho, como hacer deporte o dibujar; cuando disminuyen el rendimiento académico; cuando cambian de amigos; están irritables o irascibles... Hay cinco grandes áreas en la vida de una persona: la familiar, el área social, el académico-laboral, el ocio-tiempo libre y el afectivo-sexual. Hay que estudiar qué áreas de su vida están desordenadas, si tiene problemas en el área académico, en la de ocio, la de los amigos... También es verdad que en la población adolescente hay comportamientos que forman parte del ritual de transición de esa etapa. De ahí, la necesidad de distinguir.

-¿Qué diferencia hay en el tratamiento terapéutico de un adolescente que consume drogas y el que abusa de las nuevas tecnologías?

-Al que abusa de las nuevas tecnologías no le puede decir que no las use porque hoy en día forman parte de nuestra vida. En este caso, nos olvidamos del síntoma y empezamos a trabajar con los padres, para que sean capaces de poner normas y límites. También trabajamos áreas deterioradas del adolescente, recurriendo a tutores, amigos...

-¿Qué rango de edad suelen tener los jóvenes que abusan de las nuevas tecnologías?

-Entre 16 y 18. Si tienen menos de 14 años sólo trabajamos con los padres porque no creemos conveniente que un chico de esa edad venga a Proyecto Hombre, donde hay carteles que hacen referencia a la droga.

-Ahora se ha estandarizado el regalo de móviles en las primeras comuniones.

-La familia es el primer agente socializador, de protección de la persona y también un factor de riesgo. Es una aberración que un niño que hace la Primera Comunión reciba un móvil con 10 años. La mayoría de las familias lo hace porque dicen que se sienten presionadas porque todo el mundo lo hace y por tener controlado al niño. Si se le regala un móvil a un niño hay que establecer pautas. Lo primero que hay que decirle al niño es que el móvil es de los padres y que si no se comporta deberá entregarlo a los padres. ¡Y no pasa nada si los padres llaman al operador y dan de baja esa línea telefónica!

Jesús Herrera
Jesús Herrera - PEPE ORTEGA

-¿La brecha digital entre padres e hijos dificulta el tratamiento de esta adicción?

-Sí, porque muchos padres son analfabetos digitales. ¿Por qué los padres no nos preocupamos en aprender? Es más cómodo decir que mi hijo tiene un problema y pedir que le solucionemos el problema. La mayoría de los padres no tienen idea de lo que hacen sus hijos con el móvil. Ellos llegan diciendo: «Mi hijo se lleva todo el día en su cuarto enganchado al móvil o al ordenador». ¿Quizá es que el niño tiene un problema de aislamiento social o que no quiere saber nada con los padres? Las chicas entre 16 y 18 años usan las redes sociales para una comunicación más emocional pero los chicos con esa edad usan los móviles e internet para descubrir nuevas aplicaciones. Tenemos que entender qué función cumple los móviles, internet... en los adolescentes. No hay eventos ni mesas redondas ni entrevistas para que los adolescentes hablen de ello. Hay que escucharles.

-¿Los chicos que llegan a Proyecto Joven son conscientes de que tienen un problema con las nuevas tecnologías?

-Tienen plena conciencia de que lo que están haciendo supone un riesgo. Los adultos también hacen cosas en las redes que no harían en la vida real.

-¿Las alertas deben saltar cuando le quitas el móvil a tu hijo y se pone violento?

-Sí, pero no hace falta llegar a eso. Basta con poner un límite de dos horas diarias, por ejemplo. ¡A ver cómo reaccionan!

-¿Habéis tenido casos de agresión filo-parental por quitar el móvil o el ordenador a los hijos?

-Sí. Aquí han llegado niños que han pegado a sus padres cuando les han quitado los móviles y cuando les hacen dicho que no salían. Estoy hablando de darle un empujón y coger al padre por el cuello, aunque afortunadamente no ha habido muchos casos. La escalada de violencia empieza por una amenaza, un grito...

-¿Qué deben hacer los padres cuando se encuentran con un problema de este calibre?

-Puede acudir a un profesional, ya sea un médico de Atención Primaria, Proyecto Joven, un psicólogo... Hay poca literatura científica sobre el abuso de nuevas tecnologías en jóvenes. Los programas que hay están basados más en lo educativo. Yo siempre digo que, al igual que con el tabaco o el alcohol, es fundamental prevención, prevención y prevención.

Algunos hijos llegan a pegar a sus padres cuando éstos les quitan los móviles
Algunos hijos llegan a pegar a sus padres cuando éstos les quitan los móviles - PEPE ORTEGA

-El juez Calatayud dice que «hay que violar la intimidad de nuestros hijos» mirando el móvil o el ordenador cuando lo consideremos necesario.

-Pero es que eso no es violar la intimidad de los hijos. Violar la intimidad de tus hijos es hacerlo a las espaldas de ellos. Los padres tienen que saber lo que hacen sus hijos con el móvil y con quién contactan. Lo primero que hay que hacer es no dar un móvil a un niño antes de los 14 años y establecer un contrato de uso del móvil, que estipule que cada vez que se requiera el aparato el niño está obligado a entregarlo porque los padres tienen derecho a saber qué hacen sus hijos con el móvil, deben apagarlo durante las comidas y en las horas de estudio, entregar el móvil a la hora de dormir... ¿Es que algún padre deja solo a su hijo en un parque con 11 años? Pues lo mismo con internet y los móviles. No podemos garantizar nunca que no vaya a hacer un uso inadecuado pero podemos poner en marcha factores de protección para que eso ocurra lo menos posible.

-En los colegios muchos escolares llevan móviles en sus mochilas. ¿Deberían prohibirse en los centros escolares?

-Yo creo que sí. Siempre pedimos a los padres de niños en tratamiento que no les permitan nunca llevar el móvil al colegio o instituto.

-Hay profesores que se quejan de que hay muchos niños dormidos en las clases. ¿Quizá porque se quedan con el móvil hasta altas horas?

-No son tantos los niños que se quedan dormidos en clase, aunque es verdad que sí ocurre más que antes. Puede ser un síntoma de uso indebido de los móviles. Los profesores dan muchas veces la voz de alarma. De hecho, cada vez vienen más chicos a Proyecto Joven derivados por el centro educativo.

Ver los comentarios