¿Qué comer y qué beber en la Feria de Abril de Sevilla 2018?

Sugerencias para disfrutar en el Real con tu grupo de amigos

Cena del pescaíto en una caseta de la Feria de Abril EFE

M. J. L.

«Vámonos pa’ la feria, cariño mío...», ya lo decía el Pali en sus conocidas sevillanas que popularizó allá por la década de los 80. El Real de la Feria pronto bullirá entre farolillos, albero, baile, caballos, lunares y volantes y cómo no, no puede faltar la comida y la bebida, parte esencial que todo buen feriante no puede/debe dejar de lado. Es casi obligado rascarse el bolsillo en un buen piscolabis.

En cuanto a la comida, no existe una guía básica a seguir, ya que depende de la hora a la que pises el Real y, sobre todo, tus propios gustos personales. No olvidemos que este año la cosa se pone seria. La noche del «pescaíto» se adelantará por primera vez al sábado, con lo que hay que reservarse para esos manjares: chocos, pijotas, cazón en adobo, chipirones o boquerones, entre otras especialidades.

Ya inmersos en los días de Feria, nada mejor que empezar para abrir boca con un buen aliño fresquito (melva, gambas, papas aliñadas, ensaladilla de la casa...) con una copa de cerveza para mitigar el calor. O dos. Los hay que optan por el fino o la manzanilla desde bien temprano o el clásico rebujito , ideal para refrescar gaznates.

Catavino en mano o jarra de cerveza proseguimos el ritual de la comida en la Feria. En todo grupo de amigos que se preste, no pueden faltar raciones de solera como el queso o el jamón , acompañados de cazuelitas con guisos del día como rabo de toro, carrillada ibérica o garbanzos con espinacas o con bacalao. Con el cuerpo ya en sintonía, podemos seguir con un salmorejo cordobés o un buen gazpacho andaluz , hincándole el diente mientras tanto a una tortilla de patatas , de esas que quitan las penas y en la que pican todos los del grupo de amigos.

Para esos feriantes con prisa por visitar más de dos y tres casetas, lo suyo son los montaditos o los pinchitos de pollo o cerdo. Un buen montadito sabe a gloria a todas las horas del día. Busca el clásico serranito para aplacar el estómago de una sentada, si no has tenido bastante con todo lo anterior. Esos pinchos caseros quitan el hambre de un tirón y suponen un clásico que no falla por su rapidez en todas las cocinas. En esas tesituras, inclínate por unas gambas de Huelva o unos langostinos de Sanlúcar , algo rápido y fresco que siempre gusta a los paladares. ¿Cuántas jarras de rebujito llevas? ¿Cuántas copas de cervezas o cuánto fino y manzanilla? Echa las cuentas, será lo que te salve al final del día.

Cuando cae la noche, la cosa no cambia, pero tu cuerpo sí. Ya se van notando las horas, pero nada que no remedie un buen menú en alguna caseta. Como mandan los cánones. Esta vez puedes empezar con un picoteo de aceitunas o unas almendras fritas , sin olvidar la copa de fina o manzanilla, cerveza fría o quizás un refresco para empezar. Un revuelto puede ser otra buena opción a estas horas, de lo que más te apetezca: pimientos, jamón, champiñones, etc. Seguida de carnes a la plancha o algún pescado frito o marisco .

Si empiezas con las copas, acuérdate de rematar con un caldito de puchero , para aligerar el cuerpo. Remata con un chocolate con churros o buñuelos de camino a casa.

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