La alerta yihadista llega a los centros militares de San Fernando

No es una excepción ya que todas las instalaciones militares a nivel nacional han extremado sus precauciones, pero sí que en San Fernando se han notado las medidas que se han implantado ante el crecimiento de la violencia del terrorismo yihadista.

Más que nada por la cantidad de recintos con los que cuenta la ciudad y sobre todo la incidencia que tienen en la vida civil. La Isla cuenta con un gran número de actos por parte de los ejércitos, principalmente de la Armada, además de que los mandos suelen ser invitados a eventos sociales de diferentes ámbitos.

La principal preocupación radica en los denominados 'lobos solitarios' y el punto caliente en San Fernando es la población militar de San Carlos, lo que no quiere decir que en otros lugares como Camposoto o el centro haya una mayor relajación.

La primera de las consecuencias ha sido el aumento de la seguridad y de las patrullas en las propias instalaciones. Especial atención se presta en los controles de acceso a los acuartelamientos y bases. Se está atento a cualquier movimiento sospechoso y se intensifiquen las medidas para poder entrar en algunos de los equipamientos militares que hay en la ciudad.

Ha aumentado el personal que se destina a estas tareas, si bien se destaca que se ha realizado como medida de precaución y no por considerar que haya un riesgo real de atentado en la ciudad. Se siguen las indicaciones a nivel nacional, sobre todo tras incrementarse el nivel de alerta nacional a grado 3, que aunque no llega a requerir de la intervención de Defensa, ha sido suficiente para que el Ministerio avise a su fuerza.

Y es que la preocupación radica precisamente en los soldados, sobre todo tras comprobar como estos ‘lobos solitarios’ atacan sin previo aviso y sobre objetivos localizados. Es por ello que se ha lanzado una circular con medidas de protección y que los militares isleños ya están llevando a cabo.

Entre estas medidas destacan el evitar ir de uniforme por la calle. De esta manera se recomienda que se cambien de ropa en las propias instalaciones militares. Además se les ha dado a los soldados una serie de contactos a los que acudir en caso de que encuentren algo sospechoso o haya cualquier circunstancia que les llame la atención.

Es más se les aconseja que cambien sus itinerarios y que no sigan un camino fijo tanto para ir como para regresar de su puesto de trabajo. Si pueden que modifiquen sus costumbres y cambien las horas y trayectos que realizan en su vida cotidiana.

Igual ocurre con celebraciones y eventos. En este caso también se ha extremado la seguridad y el personal encargado a estas labores. No se considera que haya que limitar tales actos o minimizar la presencia militar en el caso de los ámbitos sociales e institucionales, pero cuentan con medidas a tener en cuenta a la hora de acudir a los mismos.

Eso sí San Fernando cuentan con multitud de fuerzas y militares que han actuado en misiones en el extranjero y que tienen experiencia en estas medidas, que son muchos más contundentes a las que deben prestar atención ahora. Aún así se considera necesario que se lleven a cabo por parte de soldados y mandos, si bien se destaca que no hay alarma al respecto y que son recomendaciones que se toman según las circunstancias.