El Cerro pretende recuperar su sitio

Estuvo a punto de perderse. El Ayuntamiento decidió apostar por el 24 de septiembre como impulso y fiesta local y por ello la Romería de El Cerro perdió todo su protagonismo. Lo que eran miles de familias isleñas acudiendo a la ermita para rendir devoción a San Servando y San Germán, pasó a ser un culto de barrio al paso de los copatronos en busca del lugar en el que, según la leyenda, se le puso fin a su martirio. Antes con El Cerro se le daba la bienvenida al otoño en una jornada de convivencia marcada por las castañas, las nueces y las almendras. Todas esas costumbres se pretenden recuperar, al igual que ganar peso en los cultos religiosos y en la romería.

Pero desde el Consistorio se es consciente de que se precisa un esfuerzo mayor para recuperar la festividad. Por eso apuesta por actividades y eventos de ocio para atraer la atención de los ciudadanos.

Y en esta ocasión decidió convertir parte de El Cerro en un parque multiaventura. Aún queda para ver imágenes y estampas de antaño con el recinto hasta la bandera, pero lo cierto es que año a año está consiguiendo consolidarse y las atracciones de aventura crearon expectación con colas de más de una hora para tirarse en tirolina desde la misma ermita, escalar por unas torres que se pusieron en medio de la zona verde o realizar el circuito de 'paintball'.

Varios puestos de helados, buñuelos, algodón de azúcar y de frutas y frutos secos daban color y ambiente a un lugar que ya no se ve desangelado, al contrario. Son cientos las familias y entidades que deciden acudir para recuperar esa jornada de convivencia. El tiempo además acompañó y permitió que la Romería de El Cerro siga sumando razones no solo para sobrevivir sino para dejar de ser una fiesta de barrios para volver a ser una fiesta de la ciudad.