DIABETES

Identificado el mecanismo por el que la diabetes provoca la periodontitis

Los cambios inducidos por la diabetes en la composición de la flora bucodental conllevan alteraciones inflamatorias que promueven la pérdida ósea asociada a la periodontitis

Una buena salud bucodental es clave para una buena salud general ARCHIVO

A. OTERO

La diabetes y la periodontitis son dos enfermedades estrechamente relacionadas. No en vano, son numerosos los estudios que han demostrado, por una parte, que las personas con diabetes mal controlada tienen un riesgo hasta tres veces mayor de desarrollar periodontitis y, por otra, que la periodontitis puede iniciar o aumentar la resistencia a la insulina de una manera similar a como lo hace la obesidad, promoviendo así la aparición de la diabetes. De hecho, es muy posible que la periodontitis sea un signo precoz de una diabetes no diagnosticada. Pero, ¿cuáles son los mecanismos que explican que la diabetes y la periodontitis vayan de la mano? Pues la verdad es que no se conocen muy bien. O así ha sido hasta ahora, dado que un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia (EE.UU.) podría haber dado con la clave para explicar la relación entre ambas enfermedades. Y es que de acuerdo con sus resultados, la diabetes parece provocar cambios en la flora bucodental de los pacientes que promueven el desarrollo de la periodontitis .

Como explica Dana Graves, director de esta investigación publicada en la revista «», «hasta ahora no contábamos con evidencias concretas de que la diabetes afectara al microbioma oral. Sin embargo, los estudios desarrollados al respecto no eran demasiado rigurosos. Así, y dado que consideraba que los trabajos realizados al respecto no eran apropiados, decidimos llevar a cabo el estudio apropiado».

Microbioma oral

La periodontitis o ‘enfermedad de las encías’, comúnmente conocida como piorrea, es una patología básicamente caracterizada por la inflamación y sangrado de las encías. Una enfermedad que, en caso de no ser tratada, provoca la destrucción de la masa ósea que sustenta las piezas dentales y, por ende, a la pérdida irreversible de los dientes. Pero aún hay más: numerosos estudios han demostrado la asociación de la periodontitis con distintas enfermedades muy graves y potencialmente mortales, caso de las cardiovasculares o de distintos tipos de cáncer. Y asimismo, de la diabetes.

En el estudio, los autores analizaron la composición de la flora bucodental de un modelo animal –ratones– sin diabetes. Y posteriormente, provocaron la enfermedad a la mitad de los ‘participantes’. ¿Y qué pasó? Pues que si bien el microbioma oral era totalmente indistinguible cuando todos los animales compartían unos niveles similares de azúcar en sangre, la composición difirió, y mucho, en función de que los ratones estuvieran sanos o tuvieran diabetes. Además, la flora de los animales con la enfermedad presentaba una menor diversidad de especies bacterianas . Es decir, la diabetes había cambiado la composición de este microbioma.

El riesgo de periodontitis en los pacientes con diabetes se ve substancialmente atenuado con un buen control glucémico

Dana Graves

Es más; los ratones con diabetes también padecían periodontitis, resultando ciertamente evidente la destrucción de la masa ósea que sustenta los dientes, y un incremento de los niveles inmunoglobulina 17 (IL-17), molécula de señalización que juega un papel muy importante en la respuesta inmune y en la inflamación. Un resultado a tener muy en cuenta dado que el aumento de los niveles de IL-17 se asocian con el desarrollo de periodontitis en humanos.

Como indica Dana Graves, « los ratones diabéticos mostraron un comportamiento similar al de los seres humanos con pérdida de masa ósea periodontal y un incremento de IL-17 por una enfermedad genética ».

Sin embargo, los resultados sugieren, una vez más, la existencia de una asociación entre la diabetes y la periodontitis. No demuestran que los cambios en la flora bucodental inducidos por la diabetes sean realmente la causa de la periodontitis. Por ello, los autores realizaron un segundo experimento: transferir bacterias de los animales tanto diabéticos como ‘sanos’ a ratones criados en un ambiente totalmente libre de gérmenes.

Los resultados mostraron que, comparados con aquellos en los que se transfirieron microorganismos de la flora oral de animales sanos, los que recibieron las bacterias de los ratones diabéticos experimentaron una pérdida hasta un 42% mayor de masa ósea periodontal y un incremento significativo de marcadores inflamatorios. Como refiere del director de la investigación, «en nuestro trabajo hemos sido capaces de inducir la pérdida rápida de masa ósea característica del grupo con diabetes en animales normales mediante la simple transferencia del microbioma oral».

Tratamiento e higiene

En definitiva, la diabetes provoca cambios en el microbioma oral que promueven la periodontitis. Una enfermedad periodontal que, según las sospechas de los autores, está mediada por el incremento de los niveles de IL-17. Pero, ¿es realmente así? Pues para evaluarlo, los autores repitieron el experimento de la transferencia de bacterias a animales libres de gérmenes. Pero con una diferencia: la mitad de los receptores había sido tratado previamente con un anticuerpo frente a IL-17. El resultado es que la pérdida de masa ósea resultó mucho, pero que mucho, menos significativa. Tal es así que, como destacan los investigadores, el tratamiento frente a IL-17, dado su papel en la protección inmune, podría suponer una estrategia terapéutica ‘razonable’ para prevenir la pérdida de masa ósea asociada a la periodontitis en humanos .

Como concluye Dana Graves, «nuestros hallazgos demuestran de manera inequívoca que los cambios inducidos por la diabetes en la flora bucodental conllevan alteraciones inflamatorias que promueven la pérdida ósea en la periodontitis. La diabetes es una de las enfermedades sistémicas más estrechamente asociadas a la enfermedad periodontal, pero los riesgos se ven substancialmente atenuados en caso de un buen control glucémico. Y a ello se aúna que una buena higiene oral puede reducir aún más este riesgo ».

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