La investigación detectó que las mujeres embarazadas durante los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, cuando el Gobierno chino redujo los niveles de contaminación, dieron a luz a niños con más peso
La investigación detectó que las mujeres embarazadas durante los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, cuando el Gobierno chino redujo los niveles de contaminación, dieron a luz a niños con más peso - efe

La contaminación del aire, vinculada con menor peso al nacer

Un estudio indica que los altos niveles de contaminantes puede tener un impacto sobre el desarrollo del feto

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La exposición a altos niveles de contaminación puede tener un impacto significativo en el crecimiento y desarrollo del feto, como concluye una investigación que se publica este martes en ' Environmental Health Perspectives'. El estudio vio que las mujeres que estaban embarazadas durante los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, cuando el Gobierno chino redujo los niveles de contaminación, dieron a luz a niños con más peso al nacer en comparación con aquellas que estaban embarazadas antes y después de los juegos.

«Los resultados de este estudio demuestran una clara asociación entre los cambios en las concentraciones de contaminantes del aire y el peso al nacer», sentencia el autor principal, David P. Rich, epidemiólogo del Centro Médico de la Universidad de Rochester (URMC, por sus siglas en inglés) de los Departamentos de Ciencias de la Salud Pública y Medicina Ambiental, en Estados Unidos.

«Estos resultados no sólo ilustran una de las muchas consecuencias importantes para la salud de la contaminación, sino también que este fenómeno puede invertirse».

En los meses previos y durante los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 (del 8 al 24 de agosto) y Paralímpicos (del 6 al 16 de septiembre), el Gobierno chino puso en marcha una serie de medidas agresivas para mejorar la calidad del aire crónica y notoriamente pobre de la ciudad. Estas medidas incluyeron un programa agresivo para reducir las contaminaciones mediante la implementación de restricciones estrictas sobre el uso de automóviles y camiones, el cierre de fábricas, la detección de proyectos de construcción e impulsar las nubes para inducir la precipitación.

Un «experimento natural»

Estos controles --que se relajaron posteriormente tras la la finalización de los juegos-- produjeron una disminución significativa en las concentraciones de partículas y la contaminación del aire gaseoso durante un periodo de entre 6 y 7 semanas durante los Juegos Olímpicos, incluyendo una reducción del 60 por ciento del dióxido de azufre, un 48 por ciento menos de monóxido de carbono, una disminución del 43 por ciento del dióxido de nitrógeno y una bajada de las partículas más pequeñas que 2,5 micrómetros de diámetro.

Estas medidas crearon un «experimento natural» único para los científicos a la hora de analizar el impacto de la contaminación sobre la salud humana. Un trabajo previo de este grupo, que también se realizó en concurrencia con los Juegos Olímpicos de Beijing, demostró que los niveles de contaminaciones estaban vinculados a los cambios fisiológicos que aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular, y que estas mismas reducciones de contaminación del aire provocan mejoras en varios factores de riesgo.

Los investigadores recopilaron información de 83.672 nacimientos (entre las semanas 37 y 42) de madres en cuatro distritos urbanos de Beijing. Compararon los pesos de bebés al nacer de madres cuyos octavo mes de embarazo fue durante los Juegos Olímpicos de 2008/Paralímpicos con aquellas cuyo octavo mes de embarazo se produjo en la misma época del año en los años anteriores (2007) y posteriores (2009) a los juegos, cuando los niveles de contaminación eran normalmente más altos.

De esta manera, encontraron que los bebés nacidos en 2008 fueron en promedio de 23 gramos más grandes que los de 2007 y 2009. La última etapa del embarazo es un período particularmente importante del crecimiento fetal, ya que durante este tiempo el feto experimenta la mayor cantidad de crecimiento físico y se acelera el desarrollo de los sistemas nervioso central, cardiovascular y musculoesquelético. El estudio sugiere que la contaminación puede estar interfiriendo con esta etapa de desarrollo.

Aunque el mecanismo biológico por el cual la exposición a la contaminación provoca bajo peso al nacer no se entiende completamente, los científicos especulan con que varios factores pueden jugar un papel, incluyendo la inflamación de la madre, la alteración de la función placentaria y la reducción de la entrega de nutrientes al feto, lo que puede impedir el crecimiento fetal.

«Aunque que la contaminación de Pekín es particularmente notable, muchas otras ciudades del mundo se enfrentan a problemas de calidad del aire similares», alerta el coautor Zhang Junfeng, del Instituto Duke de Salud Global y la Universidad Duke Kunshan, en China. «Este estudio muestra que los controles de la contaminación --incluso los de corto plazo-- pueden tener beneficios positivos para la salud pública», concluye.

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