CÁNCER DE MAMA

Los probióticos parecen ayudar a prevenir el cáncer de mama

Los probióticos proporcionan bacterias que parecen prevenir el desarrollo de tumores en el tejido mamario

MADRID Actualizado: Guardar
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Cada vez hay más evidencias de que los probióticos, esto es, los alimentos que contienen microorganismos vivos con actividad intestinal, podrían resultar útiles a la hora de prevenir o combatir distintas enfermedades. Es el caso, por ejemplo, de una posible eficacia en el tratamiento de los trastornos del espectro del autismo (TEA) y de los síntomas del lupus. Y ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del Centro Lawson para la Investigación de la Salud en London (Canadá) parece indicar que los probióticos también parecen ser útiles en la prevención del cáncer de mama.

Concretamente, el estudio, publicado en la revista « Applied and Environmental Microbiology», muestra que los ‘Lactobacillus’, género de bacterias presentes en los alimentos probióticos, son mucho más abundantes en los tejidos mamarios sanos que en los tumorales, por lo que sugiere que la ingesta de este tipo de bacterias podría ayudar a prevenir el desarrollo de cáncer de mama.

Potenciar la flora de la mama

Las mujeres con cáncer de mama suelen tener unos niveles elevados de dos especies bacterianas –‘Escherichia coli’ y ‘Staphylococcus epidermidis’– bien conocidas por provocar rupturas en la doble cadena de ADN en células cultivadas en placas de laboratorio. Y como apuntan los autores, «las roturas en la doble cadena, ya sean causadas por genotoxinas, especies reactivas del oxígeno o radiaciones ionizantes, constituyen el tipo de lesión más grave que puede recibir el ADN». No en vano, los mecanismos de reparación de estas rupturas no son demasiado eficientes. Un aspecto muy a tener en cuenta dado que cada error cometido puede, cuando menos potencialmente, dar lugar al desarrollo de un cáncer.

Por el contrario, algunas bacterias de lactobacilos y estreptococos, géneros bacterianos considerados ‘saludables’, son mucho más prevalentes en los tejidos mamarios sanos que en aquellos en los que ha aparecido un tumor. De hecho, ambos géneros bacterianos tienen propiedades anticarcinógenas. Por ejemplo, la bacteria ‘Streptococcus thermophilus’ produce antioxidantes que neutralizan a las especias reactivas del oxígeno, lo que evita que causen daños en el ADN y, por tanto, la presentación de un cáncer.

Es más; también se sabe que la lactancia materna se asocia con un menor riesgo de cáncer de mama.

Como indica Camilla Urbaniak, directora de la investigación, «la leche materna contiene bacterias beneficiosas, por lo que nos preguntamos si podía jugar un papel en la reducción del riesgo de cáncer. Y asimismo, si existen otros tipos de bacterias que, quizás, podrían tener alguna influencia en la formación de tumores en las glándulas mamarias de mujeres que no hubieran sido alimentadas con leche materna. Pero para ello, primero teníamos que ver qué bacterias se encuentran presentes en el tejido mamario».

Para ello, los autores obtuvieron muestras de tejido mamario de 58 mujeres sometidas a tumerectomía –la extirpación de un tumor, ya sea benigno o maligno– o mastectomía –la extirpación, parcial o total, de la mama–. Concretamente, 13 de las mujeres tenían tumores benignos, mientras que las 45 participantes restantes presentaban tumores malignos. Es más; los investigadores también tomaron muestras de 23 mujeres sanas que se habían sometido a cirugía estética de las mamas.

Los resultados confirmaron que los tejidos mamarios sanos tenían una mayor cantidad de bacterias de los géneros ‘Lactobacillus’ y ‘Streptococcus’, así como que los tejidos tumorales presentaban una mayor abundancia de ‘E. coli’ y de ‘S. epidermidis’.

Lactancia y ¿probióticos?

Entonces, parece que la presencia de ‘Lactobacillus’ y ‘Streptococcus’, bacterias que se pueden transmitir a través de la leche materna, protege frente al cáncer de mama. Sin embargo, quizás esta lactancia materna no sea la única manera de mejorar las microbiotas de las mamas y el intestino.

Como destaca Camilla Urbaniak, «investigadores en España ya habían demostrado que el probiótico ‘Lactobacillus’ obtenido a través de la ingesta puede alcanzar la glándula mamaria. Una evidencia que, una vez combinada con los resultados de nuestro trabajo, nos hace plantearnos una pregunta: ¿Deben las mujeres, y muy especialmente aquellas en riesgo de cáncer de mama, tomar probióticos para aumentar la proporción de ‘Lactobacillus’ en sus mamas?».

La verdad es que hace falta realizar más estudios para responder a esta cuestión. Pero como concluye la directora del estudio, «además de combatir directamente el cáncer, los probióticos posibilitan el incremento de la abundancia de bacterias beneficiosas a expensas de las dañinas. Y de la misma manera, la administración de antibióticos dirigidos específicamente a las bacterias que inducen el cáncer puede ser otra alternativa para mejorar el abordaje del cáncer de mama».

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