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ENFERMEDADES INFECCIOSAS

Nuestro sistema inmune esconde una ‘navaja suiza’ para combatir las infecciones

Los linfocitos T invariantes asociados a la mucosa (MAIT) son capaces de actuar frente a todas las bacterias y virus

MADRID Actualizado: Guardar
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Los linfocitos T son un tipo de leucocito –o glóbulo blanco– que constituye la primera línea de defensa del organismo frente al cáncer y los patógenos, caso de las bacterias y los virus. Para ello, las membranas de los distintos tipos de linfocitos T –entre otros, los citotóxicos, los reguladores y los cooperadores– contienen multitud de receptores específicos para cada patógeno, lo que permite su detección y posterior destrucción. Sin embargo, hay un tipo concreto de linfocito, el denominado ‘linfocito T invariante asociado a la mucosa’ (MAIT), que carece de estos receptores específicos. Es decir, contrariamente a como hacen el resto de sus ‘hermanos’, no tienen capacidad de identificar ningún patógeno concreto. Entonces, ¿para qué sirven estos MAIT? Pues según un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido), estos MAIT son capaces de luchar frente a todos los virus y bacterias, por lo que podrían ser la clave para el desarrollo de vacunas más eficientes.

Como destaca Paul Klenerman, director de esta investigación publicada en la revista « Nature Communications», «nuestros resultados sugieren que los MAIT son como una ‘navaja suiza’ que utiliza el sistema inmune para combatir todos los tipos de infecciones víricas y bacterianas».

Linfocitos ‘multiusos’

Los MAIT, descritos por primera vez ya en el año 1933, contienen en su membrana un número muy limitado de receptores, lo que imposibilita que puedan reconocer ningún patógeno concreto. De hecho, no fue sino hasta hace unos pocos años cuando se descubrió que estos MAIT también desempeñan una labor, y muy importante, en la respuesta inmune. Concretamente, los MAIT utilizan sus receptores para detectar una pequeña molécula llamada ‘5-A-RU’ que producen la mayoría de bacterias. Tal es así que, contrariamente a como sucede con los receptores del resto de linfocitos T, los receptores de MAIT detectan la presencia de todas y cada una de las bacterias. Sin embargo, la capacidad ‘multiusos’ de estos MAIT no acaba aquí.

Cuando una bacteria invade el organismo, el sistema inmune libera unas señales químicas llamadas ‘citocinas’ para activar a los linfocitos T y otras células inmunes. El problema es que los receptores de los linfocitos T son específicos para cada citocina, lo que puede provocar que la activación de los distintos tipos de linfocitos no sea lo suficientemente rápida. Por ello, el sistema inmune libera muchas combinaciones de citocinas. ¿Y qué sucede con los MAIT? Pues dado que sus receptores son inespecíficos, se activan con la presencia de esta combinación de citocinas, ofreciendo una respuesta prácticamente inmediata frente a los invasores.

Los MAIT son como una ‘navaja suiza’ del sistema inmune para combatir todos los tipos de virus y bacterias
Paul Klenerman

Como explica Paul Klenerman, «la mayoría de linfocitos T requieren que sus receptores específicos sean activados para poder reaccionar. Sin embargo, los MAIT se saltan este paso al activarse en respuesta a una combinación de citocinas».

También frente a los virus

Pero aún hay más. El nuevo estudio también demuestra que los MAIT tienen actividad frente a los virus.

Como refiere Paul Klenerman, «en nuestro trabajo hemos descubierto que los virus, y no solo las bacterias, pueden activar el sistema inmune para que produzca la combinación de citocinas que activan a los MAIT. De hecho, los estudios llevados a cabo con personas con distintas infecciones virales, entre ellas por el virus de la gripe, el dengue y la hepatitis C, muestran evidencias de una activación de los MAIT durante estas infecciones víricas en humanos».

En definitiva, como concluye Bonnie van Wilgenburg, co-autora de la investigación, «los MAIT son un tipo de células únicas dentro del sistema inmune porque en lugar de responder frente a un patógeno particular, caso de un virus, una bacteria o un microorganismo que pueda causar una enfermedad, tienen capacidad ‘multiusos’».

Y más allá de un mejor conocimiento de nuestro sistema inmune, ¿este descubrimiento podría tener alguna aplicación práctica? Pues sí, y muy importante, dado que podría utilizarse para el desarrollo de nuevos tratamientos y, sobre todo, de nuevas vacunas. No en vano, las actuales vacunas se basan en la estimulación de los linfocitos B, responsables de la producción de anticuerpos específicos para cada patógeno, o en la estimulación de la síntesis de linfocitos T, igualmente muy específicos. Sin embargo, una vacuna basada en los MAIT podría tener un efecto frente a multitud de virus y bacterias.

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