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Identificado el mecanismo por el que el VIH accede al núcleo celular

Un nuevo estudio describe cómo el virus altera la función de una proteína para entrar en el núcleo y esconderse del sistema inmune, lo que abre la puerta a nuevos tratamientos

MADRID Actualizado: Guardar
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En las últimas dos décadas se han logrado numerosos y significativos avances en la lucha frente al virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Es el caso, muy especialmente, del desarrollo de unos tratamientos antirretrovirales cuya gran eficacia permite, ya a día de hoy, que los pacientes puedan vivir muchas décadas tras haber contraído la infección. Sin embargo, todavía hay numerosas incógnitas sin resolver en torno al virus, razón por la que, por ejemplo, aún no se ha podido diseñar una vacuna eficaz o se ha logrado erradicar totalmente la infección del organismo. De ahí la importancia de un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Loyola en Chicago (EE.UU.), en el que se desvela uno de los misterios sobre el VIH que más ha intrigado a los científicos: cómo el virus es capaz de entrar en el núcleo de las células del sistema inmune.

Concretamente, el nuevo estudio, publicado en la revista « PLOS Pathogens», describe cómo el VIH altera la función de una proteína celular para entrar en el núcleo y esconderse del sistema inmune. Un descubrimiento que, más allá de la mera curiosidad científica, abre la puerta al desarrollo de nuevos tratamientos frente a esta devastadora infección.

Colarse en el núcleo

El VIH infecta y destruye las células del sistema inmune, lo que provoca que el organismo sea vulnerable al ataque de patógenos como los virus y las bacterias. Y para ello, el VIH debe acceder al núcleo celular, en el que se esconde para evitar ser detectado por el propio sistema inmune. Sin embargo, y contrariamente a cómo hacen otros virus, no espera a que la célula entre en división, situación para la cual se requiere la previa degradación de la membrana o envoltura nuclear. De hecho, el VIH es capaz de entrar en el núcleo cuando la membrana se encuentra intacta. Todo ello a pesar de que el virus es hasta un 50% más grande que los poros presentes en esta envoltura. Entonces, ¿cómo lo hace?

El nuevo estudio describe una proteína denominada ‘KIF5B’ que, en condiciones normales, utiliza los poros de la envoltura nuclear para transportar proteínas y otros materiales entre el núcleo y el citoplasma celular. El problema es que el VIH es capaz de ‘secuestrar’ esta proteína y utilizarla para sus propósitos. De hecho, el virus engaña a la proteína ‘KIF5B’ para que arranque trozos de la membrana nuclear –o más exactamente, que transporte al citoplasma los complejos proteínicos Nup358 que conforman los poros– y, así, lograr que los poros presenten un tamaño lo suficientemente grande como para colarse en el núcleo.

El desarrollo de un fármaco que evitara que KIF5B altere los poros nucleares podría prevenir que el VIH entrara en el núcleo sin ser detectado
Edward Campbell

El nuevo hallazgo, como explica Edward M. Campbell, director de la investigación, «abre la puerta a nuevas estrategias potenciales frente al VIH. Y es que el desarrollo de un fármaco que evitara que la proteína KIF5B alterara los poros nucleares podría prevenir que el VIH se colara en el núcleo celular sin ser detectado. El resultado sería que el sistema inmune dispondría de un tiempo suficiente para hacer sonar la alarma y destruir el virus».

Hacer sonar las alarmas

Todas las células del organismo cuentan con mecanismos de vigilancia para detectar los virus y el ADN viral en sus citoplasmas. Sin embargo, el VIH tiene la habilidad de entrar en el núcleo celular antes de que salten las alarmas. Y una vez se ha colado en el núcleo no puede ser detectado.

Por tanto, y como muestra el nuevo estudio, el objetivo consiste en evitar que el VIH acceda al núcleo. O lo que es lo mismo, que se quede atrapado en el citoplasma. Y es que así no solo se prevendría la infección, sino que se permitiría que el virus fuera detectado y, en consecuencia, se desencadenara una respuesta inmune adecuada.

Como concluye Edward Campbell, «sería como fabricar una cámara acorazada más difícil de penetrar. Así, y además de lograr que el dinero estuviera más seguro, aumentaríamos las probabilidades de que sonaran las alarmas y se capturara a los ladrones».

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