La cocaína dificulta el olvido de las informaciones inútiles
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DROGADICCIÓN

El consumo de cocaína dificulta el olvido de los datos irrelevantes e inútiles

Desechar la información innecesaria es fundamental para permitir que los recuerdos importantes sean codificados y almacenados con mayor eficacia

MADRID Actualizado: Guardar
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El consumo de cocaína es malo, muy malo para la salud. Y peor aún, si cabe, para la salud cerebral. No en vano, la cocaína altera tanto la función como la estructura del cerebro, lo que provoca, entre otros muchos efectos negativos, que los consumidores tengan grandes dificultades para identificar sus prioridades y tomar decisiones, así como para inhibir los comportamientos inadecuados. Y a ello se aúna, como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y de la Universidad de Leiden (Países Bajos), que las personas que toman cocaína sufren una alteración del proceso de control implicado en la supresión de diferentes tipos de memorias irrelevantes, por lo que les cuesta más olvidar los recuerdos y datos irrelevantes.

Un aspecto a tener en cuenta dado que la capacidad de memoria de los seres humanos no es, ni mucho menos, infinita.

Como explica Manuel J. Ruiz, co-autor de esta investigación publicada en la revista « Experimental and Clinical Psychopharmacology», «la memoria no consiste solamente en almacenar y extraer recuerdos. Olvidar es un proceso tan importante como los anteriores, ya que permite desechar la información que no es importante o necesaria para permitir que otros recuerdos más relevantes sean codificados y almacenados con mayor eficacia».

Recuerdos inútiles

Cada vez es mayor el número de evidencias que constatan que el consumo prolongado de cocaína altera las regiones cerebrales responsables de la selección y el procesamiento de la información que nos llega a través de los sentidos. Pero, una vez esta información es asimilada por el cerebro, ¿qué pasa con su ‘almacenamiento’? Es decir, la capacidad cerebral para discernir qué recuerdos se deben conservar en la memoria y qué recuerdos se deben, por irrelevantes, desechar, ¿también se ve alterada por la cocaína?

Para responder a esta pregunta, los autores sometieron a dos sencillas pruebas de memorización a un grupo de personas con un consumo recreativo –esto es, entre uno y cuatro gramos mensuales a lo largo de los últimos dos años– o crónico de cocaína y compararon los resultados con los obtenidos en un segundo grupo de voluntarios que nunca habían consumido ninguna droga –el consabido ‘grupo control’.

La memoria no consiste solamente en almacenar y extraer recuerdos; olvidar es un proceso igual de importante
Manuel Ruiz

Concretamente, en la primera de las pruebas se solicitó a los participantes que memorizaran una lista de palabras que debían recordar al cabo de un corto período de tiempo. Y en la segunda, que, una vez más, memorizaran varios listados de palabras. Pero, además de en el número de listas, ¿en qué se diferenciaron ambas pruebas? Pues que en la segunda se requirió a los participantes que, una vez memorizados los listados, olvidaran intencionadamente una de estas listas dado que su contenido era ‘irrelevante’.

Concluida la fase de memorización –y ‘borrado’ intencionado–, se pidió a los participantes que ‘recitaran’ las palabras de las listas –incluidas las de la que tenían que haber olvidado–. Y lo que observaron los investigadores es que, tal y como cabría esperar, tanto los consumidores recreativos como crónicos de cocaína fueron incapaces de olvidar intencionadamente aquellas palabras que eran irrelevantes para la prueba.

Pero, ¿los resultados no revelan una mayor capacidad de memorización asociada a la cocaína? Pues no. De hecho, muestran todo lo contrario. Y es que las palabras irrelevantes no olvidadas interfirieron con las que sí eran relevantes, dificultando así su recuerdo.

Memoria saturada

En definitiva, parece que el consumo de cocaína altera la capacidad de eliminar los recuerdos irrelevantes. Y dado que el ‘disco duro’ se llena de datos superfluos, se compromete la capacidad de almacenamiento –o lo que es lo mismo, de la memorización– de la información útil.

Como concluye Manuel Ruiz, «las personas que consumen cocaína apenas serían capaces de olvidar información irrelevante o persistente. Un ejemplo de esto se podría relacionar con pensamientos intrusivos o repetitivos que llevan a adictos a la cocaína a consumir de nuevo, provocando que el proceso de desintoxicación sea más complejo».

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