ENFERMEDADES RARAS

Un compuesto del té verde podría mejorar el síndrome de Williams-Beuren

El síndrome de Williams-Beuren (WBS) es una enfermedad rara, con una incidencia aproximada de 1 entre 10.000, que comporta un conjunto de alteraciones neurológicas y cardíacas

Té verde FLICR

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Un estudio realizado en animales muestra que la epigalocatequina-3-galato puede ser efectiva para mejorar los problemas cardíacos y cognitivos característicos del síndrome de Williams-Beuren. El trabajo, publicado en la revista « PLOS ONE », ha sido liderado por Victoria Campuzano, investigadora de la Universidad Pompeu Fabra y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras .

En estudios anteriores, la epigalocatequina-3-galato (EGCG), la catequina más abundante en el té verde, se ha asociado con posibles beneficios en diferentes enfermedades, tanto cardiovasculares como de cognición. Según estos resultados, los científicos han investigado los efectos de la EGCG en modelos animales de síndrome de WBS.

El equipo liderado por Campuzano muestra que la EGCG puede mejorar la hipertrofia cardíaca y algunas alteraciones cognitivas en los modelos animales del síndrome de Williams-Beuren.

«Usamos un modelo de ratón que imita la deleción más común encontrada en pacientes con WBS y que presenta la mayoría de las características neurológicas del trastorno junto con algunas manifestaciones cardiovasculares que conducen a hipertrofia cardíaca», explica Campuzano.

Los autores realizaron un ensayo preclínico en los ratones en el que disolvieron extractos de té verde en el agua de bebida , comenzando en tres períodos diferentes (prenatal, juvenil y edad adulta). Posteriormente realizaron un conjunto de pruebas de comportamiento y varios análisis histológicos y moleculares para analizar los efectos del tratamiento.

«La EGCG es un compuesto natural que actúa mediante la estimulación de la vía de Nrf2, y lo que conseguimos es aumentar la expresión de los propios antioxidantes endógenos del organismo», apunta Paula Ortiz-Romero, primera autora del artículo y estudiante de doctorado en la UPF.

«Nuestros resultados sugieren que la EGCG podría tener un efecto terapéutico o un papel preventivo para el WBS, lo que nos anima a seguir investigando», concluye Campuzano.

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