Bujing, ahora, se encuentra a salvo y le está creciendo el pelo
Bujing, ahora, se encuentra a salvo y le está creciendo el pelo - International Animal Rescue

La triste historia del orangután huérfano al que se le cayó el pelo por estrés

La madre de «Bujing» fue asesinada cuando él era un bebé. Desde entonces, ha pasado todo tipo de penurias hasta ser salvado

Madrid Actualizado: Guardar
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Una historia triste pero que, por suerte, ha acabado de forma feliz. Kylie Bullo, la directora del Proyecto de Conservación de los Orangutanes de Perth (Australia) ha desvelado las penurias que ha tenido que pasar en los últimos nueve años «Bujin», un orangután huérfano que fue tratado tan mal por los humanos que llegó a perder el pelo por estrés. Con todo, ahora nuestro protagonista vive feliz en una reserva y está recuperando su espeso «cabello».

Tal y como ha explicado el « Daily Mail» (donde se recogen las palabras de Bullo), «Bujin» fue raptada cuando era un bebé (hace aproximadamente una década) y después de que su madre muriera. Posteriormente fue vendido como mascota por 75 dólares y, para su desgracia, la suerte quiso que su familia de acogida (residente en una provincia al sur de Borneo) le tratara sumamente mal.

En los siguientes años, el animal no fue alimentado correctamente, por lo que se quedó escuálido. Además, fue sometido a tanto estrés y desnutrición que perdió casi todo su pelo. Así pasó casi nueve años. Al menos, hasta que el equipo de Bullo se enteró de su estado y viajó ocho horas para rescatarlo.

«Cuando el equipo de rescate llegó encontramos a “Bujing” encadenado al lado de una casa. Estaba muy delgado y no tenía casi pelo. Los dueños dijeron que cuando era pequeño le daban leche con regularidad», señaló Bullo.

Sin embargo, y según explicaron los dueños a Bullo, con el paso de los años decidieron mantener encadenado al orangután porque siempre tenía hambre y no dejaba de entrar en el jardín del vecino a comerse su comida. «Los propietarios nos dieron a “Bujing”, que fue llevado de vuelta al centro de recate. Es imposible imaginar la tristeza y la desesperación que sintió durante todos los días allí. Pero se podía ver una luz de esperanza en sus ojos», destacó Bullo.

Desde su rescate, “Bujin” ha prosperado en el Centro. Su pelo está creciendo de nuevo y ha ganado peso gracias a una dieta saludable. «Es unos años mayor que sus compañeros, pero es considerablemente más pequeño. Esto es debido a la desnutrición crónica que sufrió mientras era una mascota. Afortunadamente, esa vida de desesperación y miseria ha quedado atrás. Él tiene ahora una segunda oportunidad para poder vivir en el Centro Internacional de Rescate de Animales en West Kalimantan», añade.

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