ABC

La sorprendente razón por la que suspiramos de manera involuntaria

La ciencia ha logrado identificar la auténtica función de los suspiros

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Hay personas que suspiran continuamente, como si no pudiesen evitar hacerlo cada pocos minutos. A otra gente le enseñaron en su niñez que suspirar de manera repetitiva y ruidosa es síntoma de mala educación y por eso tratan de contener o disimular esa espiración, mitad sollozo y mitad gemido. Lo cierto es que quien más y quien menos lanza sin percatarse una media de doce suspiros cada hora, aunque la mayoría desconoce el auténtico motivo por el que lo hace. El blog Science Alert arroja luz sobre este curioso asunto.

La respuesta se la debemos a un equipo de científicos de las universidades de California, Los Angeles y Stanford, que han llevado a cabo una investigación para identificar los orígenes y la función de los suspiros. Aunque probablemente creías que no eran más que una manera de expresar aburrimiento, pena o desesperación, la realidad es que pueden desempeñar una función mucho más importante, que no tiene nada que ver con nuestros sentimientos o nuestro estado de ánimo.

Según las conclusiones de los expertos, publicadas en el semanario «Nature», los suspiros fisiológicos son actos reflejos que ayudan a garantizar el correcto funcionamiento de nuestros pulmones. Gracias a los suspiros evitamos el colapso de los alvéolos, una especie de pequeños sacos de aire situados en esos órganos. El trabajo de los alvéolos es asegurar que llega oxígeno suficiente a la sangre a través de las membranas pulmonares; y los suspiros actúan a modo de 'desatascadores' para que puedan reinflarse constantemente.

Como si fuese una máquina, nuestro cuerpo está programado para propiciar el tipo de respiración que necesita en cada momento. A través de diversos experimentos con ratones, estos científicos norteamericanos han sido capaces de encontrar el mecanismo neuronal exacto que activa los suspiros. Y si tenemos en cuenta que cuando suspiramos entra en nuestros pulmones el doble de aire que cuando respiramos con normalidad, este descubrimiento puede ser muy relevante en el diseño de medicinas y tratamientos específicos.

Lo que continúa siendo un pequeño misterio es el vínculo entre suspiros y estados de ánimos concretos. Está demostrado que en estados de estrés, por ejemplo, suspiramos más a menudo. «Puede que las neuronas situadas en zonas del cerebro relacionadas con las emociones liberen los neuropéptidos que provocan los suspiros, pero por el momento no lo sabemos», explica el investigador Jack Feldman. Mientras lo averiguan, suspira sin remordimientos: tus pulmones lo agradecerán.

Ver los comentarios