Un estudiante copia utilizando un brazo extra
Un estudiante copia utilizando un brazo extra

Siete insólitas maneras de hacer «chuletas» en un examen

La creatividad de algunos estudiantes a la hora de copiar no tiene límites: aquí están las pruebas

Madrid Actualizado: Guardar
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Desde muy pequeños, nuestros padres y profesores nos enseñan que no está bien hacer trampas en un examen. Además, a medida que avanzamos hacia estudios superiores, las consecuencias de utilizar chuletas se van haciendo más y más graves. Sin embargo, ni siquiera eso frena a quienes quieren aprobar a toda costa: se ha llegado a sorprender a agentes del FBI copiando en tests sobre antiterrorismo. Así las cosas, no resultan extrañas las sofisticadas medidas que se toman contra este tipo de argucias en universidades como la de Cambridge.

Pero aunque se contraten vigilantes o se instalen cámaras de seguridad en las aulas, siempre habrá quien esté dispuesto a buscar un aprobado tomando atajos poco éticos. En el blog Twenty Two Words encontramos una divertida recopilación de métodos para copiar en exámenes.

Muchos de ellos son tremendamente imaginativos; y algunos tienen tanto trabajo detrás que parece que su elaboración puede ocupar más tiempo que el propio estudio. Desde luego, no es el caso del alumno de la foto sobre estas líneas, que simplemente usa un 'falso brazo' para consultar el móvil por debajo de la mesa.

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En la mayor parte de los exámenes está permitido tener una bebida sobre la mesa. Hidratarse durante las pruebas es importante, pero los envases pueden ser una tapadera perfecta para los tramposos. Escribir algunas fórmulas en la parte interior de la etiqueta de un botellín de agua o crear un compartimento secreto en un cartón de zumo son algunas de las estrategias que se han empleado en más de una ocasión.

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Los smartphones y su permanente conexión a Internet son una tentación peligrosa: si un estudiante consigue utilizarlo sin ser visto, puede acceder a toda la información que desee en la red. Por eso muchos se las ingenian para ocultar su teléfono de la mirada del profesor. En un examen de matemáticas, una calculadora 'tuneada' puede convertirse en un excelente camuflaje.

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Una de las máximas de una buena chuleta es la letra pequeña: cuanto más diminuta sea la caligrafía, menos espacio ocupará el documento. Algunos llevan esta norma hasta un nivel superior. ¿Serías capaz de leer lo que dice en una uña? Una manicura así no se ofrece ni en los salones de belleza más prestigiosos.

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Si hay algo que definitivamente es necesario llevar a cualquier examen, eso es el bolígrafo. Es uno de los soportes para chuletas más socorridos, porque en el interior de su canutillo pueden esconderse papelitos con valiosa información. Como puedes ver, incluso con una tabla periódica completa.

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Otro de los grandes clásicos en el 'arte' de copiar es la ropa. Mangas, capuchas, calcetines, pantalones, medias e incluso zapatos: todo vale para introducir en la prueba un pedazo de papel con esos datos que no consiguen memorizarse y echarles un vistazo cuando el maestro se despiste.

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Cuando en el examen puede utilizarse lápiz, un nuevo elemento entra en juego: la goma de borrar. Con algo de maña y bastante tiempo, es posible crear en ella una especie de estuche donde guardar las chuletas. Una vez más parece que la elaboración es mucho más trabajosa que el estudio puro y duro, pero existen 'copiones' tan convencidos que están dispuestos a todo.

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