El inexplicable caso del lago australiano de aguas rosas

Nadie sabe a ciencia cierta por qué el lago Hillier ha adoptado este peculiar color

Madrid Actualizado: Guardar
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En pleno siglo XXI, explorar nuevos planetas se ha convertido en una de las grandes ambiciones del ser humano. Sin embargo, en las tierras que actualmente habitamos quedan todavía un buen número de misterios por resolver. Uno de los más asombrosos podemos encontrarlo en la isla Middle, la mayor del archipiélago de La Recherche, en Australia. Hablamos del Lago Hillier, un espectacular charco de unos 600 metros de largo y aguas increíblemente rosadas, del mismo color que los chicles de fresa.

Tal como nos cuentan en el blog Atlas Obscura, nunca se ha ofrecido una explicación contrastada y oficial sobre este extraño fenómeno, que despierta la curiosidad de un gran número de turistas cada año. Compruébalo a través de este vídeo de YouTube, filmado precisamente en uno de los tours organizados para conocer el Lago Hillier.

Las imágenes obtenidas desde el aire son tan hermosas como impresionantes:

Es cierto que a medida que nos acercamos a ellas, las aguas del lago se nos presentan algo más claras, pero sin perder su característico color rosa. De hecho, si tomamos un recipiente de cristal y lo llenamos de líquido la tonalidad se mantiene prácticamente invariable. La mala noticia es que por el momento no podrás hacer la prueba: la isla Middle es territorio protegido y lo más cercano a visitarla que podemos hacer es visitarla en helicóptero. No es posible, por lo tanto, disfrutar de un único e inolvidable 'baño rosa'; por más que este agua no entrañe riesgo alguno para la salud.

Existen otros lugares similares en el mundo, como el senegalés Lago Retba; pero en este caso sí sabemos que su color se debe a los altos niveles de sal, combinados con la presencia de un alga específica y una bacteria. Otro de los rasgos diferenciales del Lago Hillier es que su aspecto no varía a lo largo del año: independientemente de la temperatura y la estación, continúa siendo rosa, desafiando a los científicos que lo examinan. El enigma se mantiene desde hace más de 200 años, cuando fue descubierto por la expedición Flinders.

Este rincón de Australia asomó en las noticias hace poco más de dos años, cuando Chuck Berry se convirtió en la primera persona capaz de sobrevolarlo utilizando un 'wingsuit'. El Lago Hillier también nos trae a la memoria el caso del río Saperca, en la región rusia de Primorie, que súbitamente vio sus aguas teñidas de verde. Lo que está claro es que, aunque lleguemos a Marte e incluso más allá, en la Tierra seguirán quedando lugares que suponen un misterio para la ciencia.

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