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Esto es lo que tus ojos revelan acerca de tu personalidad

¿Existe relación real entre nuestro aspecto exterior y nuestra forma de ser?

Madrid Actualizado: Guardar
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Desde tiempos inmemoriales el ser humano ha tratado de identificar las posibles relaciones entre la apariencia de las personas y su carácter, poniendo siempre especial atención en el rostro. Es el objetivo de la pseudociencia conocida como fisiognomía, de la que encontramos noticias ya en varias civilizaciones antiguas, como Grecia, India o China. Atendiendo a los principios respetados por los expertos en esta peculiar materia, en el blog Buzzle nos cuentan lo que nuestros ojos, acaso la parte más expresiva de la cara, pueden desvelar sobre nuestra forma de ser.

Estas reglas establecen una serie de factores a los que debemos prestar atención para «leer» correctamente los ojos de una persona. En primer lugar está el tamaño. Los ojos grandes se relacionan con gente apasionada, creativa, cálida y receptiva, que destaca por ser abierta y accesible.

Por el contrario, los pequeños nos hablan de individuos inteligentes, centrados y detallistas, al tiempo que cautelosos con aquellos que acaban de conocer.

Según los especialistas chinos, los ojos más bien hundidos corresponden a personas románticas, intensas e idealistas; mientras que los prominentes son para tipos sensibles, amistosos y cálidos. Las curvaturas en los extremos también ofrecen abundante información: cuando apuntan hacia arriba, indican optimismo, ambición, ingenio y determinación; si es hacia abajo, pesimismo y cierta inclinación a la dependencia de los seres queridos.

Por supuesto, la forma de los ojos es otro factor fundamental en la fisiognomía. Si es similar a la de una almendra, estamos ante alguien atento, equilibrado y prudente, capaz de manejar situaciones difíciles sin dejarse llevar por los sentimientos. Los ojos más redondeados informan de todo lo contrario: personas que se dejan llevar por las emociones, con un fascinante mundo interior repleto de creatividad, imaginación e idealismo.

Incluso la distancia entre un ojo y otro puede ser reveladora. Si es corta, se supone que esa persona será respetuosa con las tradiciones, disciplinada y poco propensa a los cambios bruscos en su vida. Si es más amplia, será de carácter aventurero e impulsivo a la vez que flexible, siempre con ganas de innovar y probar experiencias desconocidas.

Pero por más que se haya intentando leer rostros y ojos desde hace siglos, la ciencia rechaza tajantemente los preceptos de la fisiognomía, incluso en aquellos casos en los que se ha recurrido a estudios estadísticos para defender su valía. Lo cierto es que, en tiempos en que los ojos pueden incluso elegirse «a la carta», lo más lógico es no confiar demasiado de la mirada de nadie; aunque no deja de ser divertido fijarse en estos rasgos y comprobar hasta qué punto se corresponden con la realidad.

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