El desesperado plan del padre: dejarse golpear con el palo a cambio de un donativo
El desesperado plan del padre: dejarse golpear con el palo a cambio de un donativo - ACID COW

La desesperada medida de un padre para pagar la operación de su bebé enfermo

Usó un reclamo insólito para captar la atención de los viandantes y ayudar a su hijo de un año

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Son muy pocas las cosas que no estaría dispuesto a hacer un padre o una madre por sus hijos, especialmente cuando es la salud lo que está en juego. Hay un sinfín de relatos e historias que demuestran la imparable fuerza de este tipo de amor; y el último de ellos nos llega desde China. El blog Acid Cow nos descubre la estrategia ideada por un padre para recaudar dinero para la operación que necesitaba urgentemente su hijo, un bebé de apenas un año en serio peligro de quedarse ciego.

El hijo de Fan Fugui sufre varias afecciones en los ojos, como aniridia o atrofia del nervio óptico, que amenazan con arrebatarle la vista a corto plazo. Se trata de una familia pobre y sus ingresos están lejos de ser suficientes para afrontar los costes de la intervención que el pequeño precisa, valorada en 100.000 yuanes (cerca de 14.000 euros).

Sin recursos y con muy poco tiempo que perder, Fugui decidió echarse a la calle y apelar a la generosidad de la gente para reunir lo antes posible la cantidad requerida.

Desde su residencia de Chongqing se desplazaron a Pekín, la capital china, para poner en marcha el desesperado plan del padre de familia. Sin temor a la baja temperatura, se arrodilló en plena acera en ropa interior. Clavó su mirada en el suelo y con las manos alzó una vara de bambú. Junto a él, un letrero en el que explicaba su situación, además de proporcionar sus datos bancarios y su número de teléfono. Y por supuesto, su oferta: dejarse golpear con el palo a cambio de un donativo.

Así es. Fan Fugui proponía a los peatones que le apaleasen a su antojo, siempre y cuando le diesen 10 yuanes (algo más de 1.30 euros) por cada golpe, destinados a costear la operación de su hijo. Exponerse de forma tan extrema fue su modo de intentar probar su honestidad a los vecinos de Pekín. Para ello también colocó a su alrededor abundante documentación, buscando evitar que alguien pudiese desconfiar de sus verdaderas intenciones. Y a pesar de todo, Fugui lamenta sentirse un padre «irresponsable» por no tener en su bolsillo los fondos para pagar los cuidados del bebé.

Las ayudas se multiplicaron cuando los medios de comunicación locales comenzaron a hablar de esta insólita iniciativa. En poco tiempo, la familia ha podido reunir aproximadamente la mitad de la cantidad perseguida, suficiente para iniciar el proceso. Por supuesto, Fan Fugui continuará moviéndose para recaudar el dinero restante. Con sacrificio, pero hasta el momento sin dolor físico: nadie se ha atrevido a tomar de sus manos la vara de bambú para propinarle un solo golpe.

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