ABC

Cinco ocasiones en que el «karma» actuó de manera instantánea

Por casualidad o por una especie de justicia cósmica, hay quien recibe un castigo justo después de obrar con mala intención

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Hay veces en que el universo parece tomar la decisión de dar su merecido a alguien. Sea para recompensar a quien ha llevado a cabo una buena obra o para castigar a quien ha actuado con maldad, eso que llamamos karma actúa de vez en cuando para aplicar pequeñas dosis de justicia.

El blog The Lad Bible nos ofrece una divertida recopilación de ejemplos de 'karma rápido' que fueron capturados en vídeo. Unos cuantos individuos con mala fe que encontraron un inesperado castigo instantes después de no comportarse como es debido. El resultado es hilarante, pero quizá también haga que te lo pienses dos veces la próxima vez que se te ocurra jugarle una mala pasada a alguien.

Por algún misterioso motivo, ponerse al volante y compartir espacio en la carretera con otras personas saca lo peor de mucha gente.

Sin embargo, en este caso el conductor agraviado supo exactamente cómo vengarse instantes después de que le incordiasen.

No hay duda de que aparcar en plena acera está lejos de ser un comportamiento responsable y considerado hacia los demás. Lo que tampoco es de recibo es que alguien intente tomarse la justicia por su mano. Fíjate qué le pasa al hombre que pretende pinchar una rueda al vehículo mal estacionado.

El karma también se manifiesta en el mundo del deporte. En este vídeo podrás ver cómo un espectador se burla de un jugador de hockey que acaba de recibir un brutal golpe en la frente. Escasos segundos más tarde... quien ríe último, ríe mejor.

Ojalá todos los ladrones acabasen como éste. En esta ocasión es una puerta de vidrio quien se encarga de aplicar justicia cuando el delincuente se dispone huir con su botín, el bolso de una mujer. Sucedió en Perth (Australia) y fue grabado por cámaras de seguridad.

Por último, un individuo que es castigado por maltratar a un animal. No sólo interrumpe la siesta de un gato para grabar un vídeo de sí mismo tocando la guitarra, sino que aparta al minino a patadas. El tiempo, en esta ocasión menos de un minuto, puso a cada uno en su lugar.

Ver los comentarios