David de Gea tiene que venir por lo civil o lo criminal

Tras conseguir el traspaso de Otamendi al Manchester City por 45 millones, el conseguidor», Jorge Mendes, cambia de barrio en la ciudad de BobbyCharlton y aborda su caso más difícil: convencer al Manchester United para que traspase a David de Gea por una cantidad inferior a los 35 millones.

Es una cuestión de orgullos, no de dinero. El United lo ha hecho muy mal con De Gea y ahora paga sus errores. No le renovó en 2013, cuando le quedaban tres años de acuerdo con el club, porque Van Gaal no creía en el guardameta español. Pidió en julio de 2014, tras el Mundial brasileño, el fichaje de Keylor. La afición roja había considerado a de Gea, sin embargo, el mejor jugador del equipo.

Y lo ha vuelto a ser esta última temporada.

Van Gaal quiso rectificar y el club le hizo dos grandes ofertas de renovación en esta última campaña, por siete millones netos anuales. Más dinero de lo que el Real Madrid le ofrecerá. Y David dijo no. Fichó a Mendes precisamente para conseguir marcharse del equipo inglés. Van Gaal no confió en él y el cancerbero decidió que nunca renovaría.

Ahora hay voces críticas de exjugadores del Manchester que piden autocrítica al club por hacer las cosas tan mal. Van Gaal carga ahora sobre el futbolista sus propios fallos. Le quiere colgar el cartel de rebelde. No cuela.

De Gea ha decidido irse. Queda libre en junio de 2016. Y el Manchester debe explicar a su afición lo sucedido. Tiene el club mucho dinero, gracias al convenio televisivo de la Premier, y los seguidores no entienden que se desprendan del mejor jugador. Pues deberán decírselo bien claro.

El United quiere justificarse con una buena oferta económica y por eso solicita 40 millones. El Real Madrid nunca los pagará. Lo máximo que aportará serán 25 millones fijos y seis millones variables. O treinta millones fijos.

Mendes intensifica las conversaciones para cerrar la operación la próxima semana. El mercado se cierra el día 31. Para Mendes tiene que venir por lo civil o por lo criminal, salvo que el orgullo del club británico, por no aceptar su equivocaciones, les haga perder 30 millones.