Equipo de la Real Sociedad que perdió 4-0 en el Bernabéu en la Liga 82-83: Arconada; Celayeta, Larrañaga, Cortabarría, Górriz, Olaizola, Baquero, Diego, Uralde, Zamora y López Ufarte
Equipo de la Real Sociedad que perdió 4-0 en el Bernabéu en la Liga 82-83: Arconada; Celayeta, Larrañaga, Cortabarría, Górriz, Olaizola, Baquero, Diego, Uralde, Zamora y López Ufarte - Álvaro García Pelayo
Liga BBVA

La visita de la Real Sociedad, sinónimo de goles en Chamartín

Ronaldo interrumpirá su espléndida racha de cuatro temporadas seguidas marcando al menos dos goles ante los donostiarras

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Real Madrid y Real Sociedad se ha enfrentado en 67 ocasiones en la historia de la Liga en Chamartín, con 48 victorias madridistas (71,64%), 16 empates y solo tres derrotas. Se han marcado 232 goles (174 del Real Madrid, por 58 vicitantes), con grandes goleadas: 9-1 la más abultada, en la temporada 67-68; 7-2 en la 50-51; y hasta cinco veces le ha endosado el Madrid seis goles, una de ellas con el espectacular marcador de 6-4, en la 41-42. La última victoria donostiarra (1-4) fue en 2003-04. 14 años seguidos con victoria es el récord del Madrid ante la Real en el Bernabéu (1956 a 74. Hubo aquí un paréntesis en Segunda).

Ha habido goleadas espectaculares en las últimas cuatro campañas.

Cuatro años seguidos lleva la Real recibiendo cuatro o más goles (18 en total) y dos o más goles antes del descanso, datos que no se dieron antes. Siete años seguidos lleva el Madrid marcando el primer gol.

Jugadores en un Madrid-Real Sociedad con los dos equipos, además de Illarramendi están Xabi Alonso; Olivares, antes de la guerra; Ipiña, Barinaga, Querejeta, Pérez Payá, Mikel Lasa y Julio César.

El año pasado, 5-1, con triplete de Cristiano Ronaldo, que lleva cuatro años seguidos marcando de dos en dos. Con nueve goles, el portugués es junto con Santillana, el que más tantos ha hecho contra la Real como local, si bien el español los marcó en siete encuentros. El gol visitante el año pasado fue de Griezmann, que marcaba en cinco partidos seguidos en Primera, lo que no ocurría en la Real desde 2002, con Kovacevic.

Hubo etapas en las que golear a la Real no era tan fácil. De la 78-79 a la 95-96, hubo 18 temporadas en las que tan solo una vez el Madrid ganó por cuatro goles de diferencia. Fue en la Liga 82-83. La Real llegaba al Bernabéu imbatida en la jornada 12, con siete empates de los de entonces (dos puntos se daban por victoria). Con solo cuatro goles en contra (los mismos que se llevó en Chamartín). El Madrid llegaba líder, también imbatido. Fue una tarde fresca y nublada, con 25 millones de pesetas en taquilla. Los Jugadores del Real Madrid lucieron brazaletes negros por el fallecimiento del exjugador Urquizu (que militó también seis campañas en el Athletic).

Aquella Real atisbaba signos de decadencia del que ha sido el mejor equipo de su historia. Con unas camisetas Adidas preciosas para la época, ¡sin escudo!, en el comienzo de la era comercial (muchos equipos jugaban así). Era actual campeona de dos Ligas consecutivas, con un equipo muy poderoso, compuesto por jóvenes muy experimentados y una alineación titular que casi siempre era la misma. Ya no estaban Satrustegui (jugó poco ese año) ni Idígoras, que se fue al Valencia. Se alinearon en el Bernabéu: Arconada en la portería; Celayeta, Larrañaga, Cortabarría, que era el más veterano; Górriz, Olaizola, Bakero; que se fue en 1988 al Barcelona y pasó allí nueve temporadas; Diego; Uralde, Zamora y López Ufarte.

Isidro, un delantero eficaz

El Madrid fue un ciclón. Venció con un contundente 4-0 en su mejor partido del año. Isidro marcó un triplete (pocas veces se lograban entonces; de hecho, de 1979 a 1995 el Real Madrid hizo 24, cuando Cristiano Ronaldo, él solo, lleva 23, del total de 170 que han conseguido los madridistas desde 1929 en Liga). Isidro era un delantero poco brillante pero eficaz. Había marcado muchos goles en la categorías inferiores; no tenía gran velocidad, pero era luchador y lo remataba todo con una mezcla de torpeza, furia y pundonor que el aficionado valoraba. Al lado de Juanito y Santillana, se reconvirtió a delantero luchador, pero con menos gol. Aquella tarde fue la mejor de su carrera (con la de un doblete al Spartak de Moscú, en Copa de Europa), pero solo marcó diez goles en Liga en ocho temporadas, y jugó un mínimo de 10 partidos cada año (en total, 113 partidos, de los cuales en 93 fue titular).

Juanito hizo aquella tarde ante los domostiarras un partido extraordinario y Stielike fue un tanque en la línea media. Jugaron Agustín; Juan José (Pineda, m.82), Metgod, Bonet (Fraile, m.76), Camacho; Gallego, Ángel, Stielike; Juanito, Santillana e Isidro. En la portería rival Arconada, con mucho trabajo, encajó dos goles (el primero y el último) por rechaces que quedaron a placer de los atacantes blancos. Aquello que siempre se dijo del gran guardameta: «las para, pero no las bloca».

El centrocampista Diego, ya con el marcador 3-0, fue expulsado por Pes Pérez a instancia del linier José Luis Iglesias, por dar un matotazo a Bonet. Los donostiarras protestaron que Bonet había agredido antes al realista, lo que era cierto dado que Diego terminó con la cara hinchada y el ojo morado (el informe médico de la Real se adjuntó al acta). Bonet declaró al término del partido que la jugada había sido fortuita, en un córner minutos antes, y que no comprendía la reacción de su rival, que le había hecho realmente daño (no acabó el partido). El capitán Arconada dijo que el árbitro se había dejado influir por unas declaraciones del entrenador Di Stéfano en la semana previa al partido. El árbitro aragonés Pes Pérez dijo que si Arconada decía eso «era su problema». No se tiraron botas al linier pero, en el fondo, el fútbol no ha cambiado tanto. La Real vengó aquel resultado con otro 4-0 un mes después, con prórroga en Atocha, y se proclamaría campéon de la Supercopa ante el Madrid. Fue el año de los cinco subcampeonatos.

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