«Cuando Pepe anima al vestuario, si no sales a comerte el mundo estás muerto»

Hay espíritu de remontada en la plantilla de Carlo Ancelotti. Arbeloa, un veterano con galones, abrió la espita con su mensaje a la afición madridista para que anime al equipo desde que tome el autobús, a las seis de la tarde, camino del Bernabéu. Hierro, ayudante de Ancelotti, celebró en el campo las noches épicas que se produjeron en 2001 frente al Galatasaray y en 2002 ante el Bayern de Múnich.

Su amigo Camacho le ha relatado muchas veces las disfrutadas ante el Derby County, el Celtic, el Borussia Moenchengladbach y el Inter. James ha anunciado que morirá en el césped para vivir una noche épica como aquellas. Isco también desea sentir esa explosión.

Hay tocata de generala en el Real Madrid.

Ramos, Pepe y Arbeloa encabezan una «revuelta» para hacer que el derbi del 15 de enero pase a la historia madridista. «Si alguien escucha a Pepe animar al equipo en el vestuario y después no sale a comerse el mundo, es que no tiene sangre o está muerto», ensalza un profesional del Real Madrid desde la cocina blanca.

Cristiano escucha ese canto a la épica con serenidad. «Yo hablo en el campo», espeta el Balón de Oro. Hoy desea volver a ser determinante.

«El equipo debe jugar frío, apoyado por la grada caliente». Ancelotti da lecciones de tranquilidad a sus hombres. «Que la afición se sienta caliente. Nosotros debemos jugar con frialdad para conseguirlo», precisa. Sabe por experiencia que es la única manera de conseguir una remontada. «Aunque los jugadores estén calientes, con adrenalina, su mente debe actuar con serenidad».