Patrimonio

Una ventana al universo artístico oculto tras las rejas de la clausura

Una obra de García Baeza descubre el patrimonio pictórico conventual

Retablo de la Virgen de Gracia en el convento de Santa Clara con interesante decoración pictórica RAFAEL R. MORALES

ALBERTO MALLADO

Si  el patrimonio de los templos conventuales es desconocido, el que está de la reja hacia dentro, aún más. Ignorado y por ello sin valorar, lo que lo sitúa en una situación de grave riesgo de pérdida. En Carmona este patrimonio es grande y valioso y a su rescate se aplican un grupo de personas. Entre ellas figura el doctor en Historia del Arte y experto Museología Antonio García Baeza que ha dado forma a un libro editado por la Diputación Provincial y que cuenta con fotos de Rafael Morales, en el que c ataloga el patrimonio pictórico acumulado entre los siglos XVI y XIX por tres conventos de Carmona.

Es el análisis riguroso de una selección de las obras más interesantes, pero también un a cercamiento a la vida de la clausura, a un universo de símbolos y significados que también corre el riesgo de desaparecer, por lo que la obra es también una llamada de atención en este sentido.

La obra lleva por título «Pintura en las clausuras de Carmona» y su contenido es prácticamente desconocido tanto para expertos como para los propios carmonenses. Su análisis simbólico, histórico y artístico se centra en los monasterios de las Clarisas, Dominicas y Agustinas . Santa Clara, Madre de Dios y las Descalzas, como con conocidos en Carmona.

Presentación del libro A. M.

En el estudio hay hallazgos que sorprenden por su calidad. Es el caso de las obras de Juan del Castillo, maestro de Murillo y que tiene obras en los tres cenobios. Son obras de su etapa de juventud en la que estuvo muy vinculado con la ciudad, incluso se baraja que fuera natural de ella.  Entre ellas destaca «La entrega del retrato de Santo Domingo». También destaca una serie de representaciones de la Inmaculada del siglo XVII.

Hay un interesante repertorio de pintura mural como el Cristo con la cruz a cuestas que está en las escaleras que suben a los dormitorios de las clarisas y varias zonas con interesantes decoraciones murales.

Y hay también la promesa de muchas obras de arte ocultas. Bajo la cal subsisten grandes superficies de pinturas murales. Se tiene constancia de ellas en Santa Clara, decorando las yeserías de las capillas del claustro o en las Concepcionistas en los dormitorios y en el refectorio.

Hay también piezas que aunque no sean de gran calidad estética son documentos con gran capacidad para trasladarnos a la época y su mentalidad. Es el caso del conjunto de exvotos de las Descalzas. Pequeñas pinturas con las que el pueblo agradecía gracias concedidas o curaciones de gran valor etnológico.

«Entrega del retrato de Santo Domingo» Rafael M. Morales

 En el interior de los conventos abundan los r estos fósiles antropológicos y religiosos. Hay obras que hablan de la forma de entender la fe en otra época y de la evolución de las creencias, una demostración de que también las devociones nacen y desaparecen. En el espacioso claustro del convento de Santa Clara hay un r etablo de la Virgen de Gracia, patrona de Carmona y en la que están representados siete arcángeles. Pero cuatro de los arcángeles tienen los nombres borrados. En el siglo XVIII la Iglesia determinó que sólo debían recibir cultos tres de ellos: Miguel, Rafael y Gabriel, los tres cuyos nombres aparecen en las Sagradas Escrituras. Así que los nombres de Uriel, Baraquiel, Jehudiel y Saeltiel se eliminaron de la pared, pero permanecieron sus figuras.

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