Luis Porcuna posa junto a algunas de las piezas de la colección de objetos de barro que comenzó su padre en 1977
Luis Porcuna posa junto a algunas de las piezas de la colección de objetos de barro que comenzó su padre en 1977 - B. M.
OSUNA

El pequeño museo de Osuna que preserva los «barros con alma»

Luis Porcuna continúa acrecentando la colección de cerámicas que comenzó su padre y que ya reúne más de 2.000 piezas

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Desde el momento en el que Luis Porcuna Chavarría abre la puerta de su vivienda, en una céntrica calle de Osuna, el visitante podría pensar que acaba de entrar en un museo dedicado a los diferentes objetos que se pueden crear gracias al barro o a la arcilla. Una a una, todas las habitaciones descubren decenas de piezas de alfarería y cerámica perfectamente ordenadas.

«Esta colección la inicia mi padre, Luis Porcuna Jurado. Él fue el quien me metió el gusanillo por la cerámica», explica mientras selecciona un pequeño cántaro del que cuelga una etiqueta. Forma parte de las 1.700 piezas que tiene catalogadas, «tengo recogido el tipo de pieza, el centro alfarero, la época en la que se hizo y su utilidad».

El resto —más de 2.000— se reparten entre un almacén; su restaurante Doña Guadalupe, con piezas de cerámica y lebrillos de estilo granadino; y ornamentando las casas de sus hermanos. «Que también han ayudado a aumentar el legado de nuestro padre», apunta Porcuna.

El ursaonense muestra con cariño alguna de las adquisiciones más preciadas. Y no las elige por su valor económico, ya que casi siempre explica la vasija seleccionada a través de alguna anécdota sobre su uso. «Mi padre se dio cuenta de que la industrialización, las bolsas y las botellas acabarían haciendo desaparecer los cacharros de barro». Fue entonces, por el 1977, cuando empezó a recopilar aquellos elementos que tan buen uso habían dado en las casas y en el campo.

Objetos que facilitaban el día a día de las familias. Jarrones y tinajas que quedarán grabados para la historia gracias a los pinceles de Zurbarán, El Greco o Murillo. «Como el cántaro de azacán de Velázquez», resalta. Esa vida impregnada en cada instrumento fue la que inspiró el sobrenombre a la colección de Luis Porcuna Jurado: «Barros con alma».

Tesoros de todo tipo

La colección está dividida en diferentes secciones «o familias». Por un lado están los azulejos, que abarcan desde piezas de Triana de los siglos XVI al XVIII, hasta otras más contemporáneas. Algunas de las secciones se separan por la utilidad: «desde los que servían para llevar el agua u otros líquidos, hasta utensilios para la higiene; para la cocina y el almacenaje; «estregaderas» para la colada y el lavado y piezas como brocales para extraer el agua»

«Una de las secciones que más me motivan es la de las cerámicas fabricadas en Sevilla y en nuestra comarca, en Osuna, Utrera, Marchena. Son piezas realizadas entre los siglos XVI y XVIII que han aparecido intactas, tras estar tres o cuatro siglos descansando en las bóvedas de edificios».

El ursaonense se refiere a las vasijas conocidas como «loza quebrada». Piezas de barro con defectos que descartaban los alfareros y se utilizaban para rellenar las bóvedas de los conventos, iglesias, de las catedrales o de los cortijos y caserones grandes. Por último hay otras secciones dedicadas a los cántaros, y otra a piezas de corral: conejeras, comederos o herrados para ordeñar al ganado.

Homenaje a la alfarería

Luis ha podido aprender mucho sobre la alfarería durante todo este tiempo. «He contado con la ayuda de expertos como el catedrático de la Universidad de Sevilla, Alfonso Pleguezuelo, con los Amigos de los museos de Osuna y con el Patronato de Arte». Con su ayuda se organizó una muestra con una selección de sus piezas el pasado 18 de noviembre en el Monasterio de la Encarnación.

Como el mismo Luis asegura, «seguiré con la colección que comenzó mi padre. Cada vez vas ampliando campo con objetos de alfarería de otras regiones o estilos». Una labor de recopilación y catalogado que además pretende compartir en un futuro con sus vecinos.

«Es un pequeño museo a la espera de que se ubique en el sitio adecuado para su exposición», señala Luis. De hecho señala que el mismo Ayuntamiento de Osuna ha barajado la posibilidad de localizar ese posible emplazamiento para el futuro.

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