La familia Jehanno al completo en el salón de su hotel
La familia Jehanno al completo en el salón de su hotel - J.L.M.
CAMPIÑA

Dos franceses quieren poner Montellano en el centro del turismo internacional

Bertrand y Virginie Jehanno fundaron una agencia de viajes para franceses que querían conocer Andalucía, pero la dejaron para abrir un hotel en Montellano pensado para turistas de todo el mundo

MONTELLANO Actualizado: Guardar
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El pasado fin de semana tenía lugar en Montellano la inauguración oficial de un hotel que lleva en funcionamiento desde febrero y que, en todos estos meses, ha conseguido poner a Montellano en el mapa turístico internacional.

El trasiego de visitantes de varios países del mundo ha sido constante durante todo este tiempo, atraídos por la gran oferta turística que ofrece Andalucía, el encanto del hotel y, sobre todo, por sus actuales dueños: la familia Jehanno. Se trata de una pareja francesa que se enamoró hace diez años de Montellano. Tanto que decidieron establecerse aquí y contagiar su cariño por la localidad a todo el mundo.

«Veníamos mucho de vacaciones y pasábamos cada vez más tiempo aquí», recuerda Bertrand (o Beltrán, para sus amigos españoles).

«Hicimos muchos amigos, algunos de los cuales incluso se han convertido en familia». Tanto amaban esta tierra que decidieron instalarse «para vivir y trabajar».

La suya es una historia ideal para ejemplificar cómo se pueden cumplir los sueños si arriesgas mucho, incluso teniendo la vida resuelta en casa. Porque Bertrand ha trabajado como director en grandes hoteles en su país y su mujer, Virginie, llevaba una farmacia.

«Decidí dejarla y montar una agencia de viajes para franceses que quisieran visitar Andalucía», dice ella. Y así fue hace cuatro años como nació «Andalucía Afición», con la que ofrecían un turismo distinto al de otras agencias de viaje, mucho más cercano, más inmersivo y, sobre todo, más adaptado al turista europeo que no conoce las costumbres españolas.

En el caso de Bertrand, a pesar del éxito laboral, en lo personal no estaba tan satisfecho. Así que ambos decidieron dar un paso adelante y montar su propio hotel aquí en Montellano. «Compramos el edificio de La Posada, que estaba muy abandonado y sucio y, tras llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento, lo reformamos». El resultado es impresionante y, tras el balance del primer año, la familia Jehanno no podía estar más satisfecha. «Tras todas las reformas y toda la inversión, en un año hemos podido cuadrar el balance», afirma con satisfacción Bertrand, «y eso para ser el primer año no está mal».

Mientras la conversación se desarrolla, el hotelero ha atendido a varios turistas. Ahora mismo la situación está tranquila, pero sigue habiendo mucho trabajo. «Tenemos ingleses, franceses e incluso canadienses». Más adelante llegarán alemanes, holandeses... Todos atraídos por la tranquilidad del lugar, la disponibilidad y la amabilidad de los Jehanno y por la situación privilegiada de Montellano para visitar Andalucía con tranquilidad. «Estamos a una hora de Sevilla, de Cádiz, hora y media de Málaga y de Granada... ¡es el sitio ideal!».

Ellos se encargan de todos los cuidados con los clientes: los recogen en el aeropuerto, les recomiendan bares («pero no los de turistas») y les asisten en todo momento, pero con mucha familiaridad. «La mayoría de los muebles son de casa de mi abuela», ríe Bertrand, «así que los clientes pasan a ser prácticamente de la familia», dice. Y se vuelve al trabajo que le apasiona.

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