La Capì se mudó en 2003 a sus nuevas instalalciones en la carretera Écija-Fuente Palmera
La Capì se mudó en 2003 a sus nuevas instalalciones en la carretera Écija-Fuente Palmera - A.L.
ÉCIJA

La cooperativa agropecuaria más antigua de Sevilla logra quintuplicar la producción del olivar

Suma mil socios y cinco mil hectáreas y no ha dejado de crecer durante la crisis económica

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Desde que naciera la Sociedad Cooperativa Andaluza Agropecuaria Industrial de Écija (Capi) en los años 50 ha llovido mucho en el campo, o poco, porque la meteorología siempre será la pieza determinante para los que viven de la tierra, según recuerda su gerente, Vicente Martín Tamarit.

Sin embargo, esta entidad ha sabido resistir los embates de temporales, sequías, precios a la baja e incluso crisis económica, y tocar las puertas de los 65 años de vida en buena forma y con un rendimiento que mejora cada año.

La Capi es la cooperativa más antigua de la provincia de Sevilla, pero desde sus comienzos mostró un espíritu adelantado a su tiempo:ya sea con la instalación en los 50 de una factoría de fibra textil, apostando en esa década por maquinaria que se usa actualmente en casi todas las almazaras o creando la Caja Rural de Crédito de Écija, germen de lo que hoy es Caja Rural del Sur.

Los 24 socios con los que nació se han multiplicado hasta llegar al millar, entre los que se cuentan desde grandes propietarios a pequeños agricultores. Entre todos suman unas 5.000 hectáreas de tierra bajo el paraguas de la cooperativa, repartidas entre el término de Écija y otros municipios colindantes como Cañada Rosal, Palma del Río, Fuente Palmera, o La Carlota.

Aunque trabaja con cereales, girasol y semillas, el cultivo estrella es el olivar: no en vano, la Capi controla aproximadamente la mitad de toda la siembra olivarera de Écija, de unas 8.000 hectáreas. La aceituna de molino es la reina de la producción: la pasada campaña se procesaron en sus instalaciones 30 millones de kilos, de las que se extrajeron 5,7 millones de litros de aceite de oliva.

La producción crece cada año: a finales de los 90 fueron 5,7 millones de kilos los procesados. «Los nuevos cultivos en intensivo y superintensivo, los precios al alza y la mayor productividad de las plantaciones han impulsado la producción», explica Vicente Martín.

De hecho, hace un par de años ampliaron sus instalaciones y recientemente crecieron de siete a nueve sus líneas de extracción, lo que la capacita para molturar 1 millón de kilos de aceitunas al día. El destino de esta producción, explica su gerente, es doble: la venta a granel para el mercado italiano y su línea de aceite propia, que venden bajo el nombre de Aceite de Oliva Virgen Extra Molino de la Merced

Exportación mundial

Por otro lado, este año emprenderán su séptima campaña de aceituna de mesa, de la que esperan obtener cifras similares a la anterior, unos 3 millones de kilos de cosecha, a pesar de que la falta de lluvias, el levante o la calor la están complicando. La Capi se encarga de su recepción, limpieza y clasificado, mientras que para su comercialización está asociada con Agrosevilla, a través de la cual la aceituna de mesa ecijana llega a todo el mundo.

La apertura a las necesidades de los socios han llevado a la Capi a capear la crisis económica con buena nota: su facturación anual ha ido en ascenso hasta rondar los 32 millones de euros. La crisis, apunta su gerente, «no nos ha golpeado tan duro como a otros sectores, acostumbrados como estamos a las climatológicas». «Como no caigan 40 ó 50 litros en breve, el olivar va a pasar sed y esa crisis es mucho peor que la económica», subraya.

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