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Integrantes del club de lectura para adultos de Dos Hermanas - FOTO: L.MONTES | VÍDEO: ANTONIO PERIÁÑEZ
Dos Hermanas

Las lecturas en grupo que frenan el olvido de la memoria

Cada semana una decena de mayores se reúnen para leer juntos y fomentar su capacidad lectora

Dos Hermanas Actualizado: Guardar
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Desde el interior del majestuoso Palacio de Alpériz de Dos Hermanas resuenan cada martes por la tarde las voces de una serie de personas que leen en voz alta las líneas de algún libro. Son los integrantes del club de lectura creado en el Centro de Participación Activa de Mayores que tiene su sede, precisamente, en este edificio histórico, enclavado frente al popular parque nazareno de la Alquería del Pilar, donde un grupo de mayores ha logrado poner en marcha una iniciativa propia para fomentar el hábito lector y ayudar a frenar, así, el olvido de la memoria.

Denominado como «Volver a la lectura», el club está conformado por once integrantes, de entre 57 y 85 años de edad, que se reúnen cada semana para compartir su tiempo de lectura con otras personas.

Allí, leen en alto fragmentos de algún libro, comparten impresiones sobre el texto y debaten e intercambian ideas para mejorar su comprensión lectora. La iniciativa, que lleva ya en marcha unas cuantas semanas, surgió a raíz de un taller de memoria que se realiza anualmente en este hogar del pensionista y que cuenta con la colaboración de la biblioteca municipal Pedro Laín Entralgo y la Obra Social La Caixa, al facilitar el material para su desarrollo.

La obra que escribiera el autor británico Alan Bennett, «Una lectora nada común», es el primer título elegido por este grupo de mayores, de entre los propuestos por parte de la biblioteca nazarena, para adentrarse de lleno en el mundo de la literatura y disfrutar de los libros de forma conjunta. «De un mismo texto cada uno hace una interpretación y ponerlo en común hace que tengamos una visión más amplia de lo que hemos leído», recuerda Rosario de Marcos, la coordinadora de este club, durante el debate que se genera entre todos sobre la trama del libro.

La idea de poner en marcha el club de lectura en este centro tiene su germen en el taller de memoria que anualmente se lleva a cabo en este espacio. Los ejercicios nemotécnicos que se realizaban en el curso y el fomento del hábito lector como herramienta básica para frenar el olvido hicieron que algunos de estos mayores decidieran crear un club lector en el que reforzar todo lo aprendido, al tiempo que se disfrutaba del placer de la lectura. «El leer el libro y compartir la lectura haciéndonos recordar lo que hemos leído y enlazándolo de un día a otro hace que nuestra memoria se fortalezca», apunta De Marcos.

Compartir ideas

Para ello se seleccionarán siempre una serie de títulos literarios con una características concretas; que no sean muy extensos, que tengan un lenguaje sencillo y que narren historias «que nos hagan sentir bien y con la que todos podamos aportar ideas», resume su responsable, ya que junto a la lectura en alto de un fragmento del libro, cada semana se analiza la trama, se explica el vocabulario que no se ha entendido y se comparten ideas, frases o poemas de los participantes. «Leyendo se vive mucho y, además, se aprenden muchas cosas. Es importantísimo que leamos, no solamente libros sino también el periódico», anima la cabeza visible de este club.

Razones para asistir cada martes a estas reuniones no les faltan tampoco a mayores como Juan Ortega, que se toma esta cita semanal como una forma de «obligarse» a leer más. «Se entienden mejor las cosas, se le vuelve a dar otro repaso y te abres a los demás», reconoce. Y es que, estas lecturas en alto les ayudan, además, a perder un poco de miedo escénico, a manejar los signos de puntuación y vocalizar mejor. El espacio del que disponen para leer las historias y aventuras que emanan de los libros, un amplio salón, de techos altos y amplios ventanales con arcos de estilo neomudéjar, ayudan desde luego a entrar en ambiente.

Allí, una de sus participantes más activas es Carmen Muñoz, la mayor del grupo que, a sus 85 años, rezuma vitalidad a cada instante. «Me siento muy joven y muy bien», cuenta después de haber recibido el aplauso de todos sus compañeros por el poema que ella misma había escrito y recitado en alto en la reunión. «Animo a todos a que lean y no pierdan el tiempo con los móviles esos», aconseja esta abuela nazarena que, con su libro en la mano, no falla cada semana a su cita con la lectura entre amigos.

Extensa red de clubes lectores

Con la creación de este club de mayores, ya son catorce los clubes de lectura que forman parte de la biblioteca Pedro Laín Entralgo del municipio nazareno. Todos los meses más de 200 personas se reúnen para comentar los libros leídos y compartir sus experiencias. Cada año se crean nuevos clubes aunque, según apuntan desde la dirección de la biblioteca, continúa existiendo lista de espera. A todos ellos se suman los siete existentes en la biblioteca municipal Miguel Delibes del barrio de Montequinto.

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