Antonio muestra una foto de sus años como hermano mayor
Antonio muestra una foto de sus años como hermano mayor - L. M.
Dos Hermanas

Antonio «el Pelao», un histórico rociero de bastón y medalla

A sus 75 años, este conocido pescadero sigue fiel al camino hacia El Rocío con la filial nazarena

Dos Hermanas Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Existen en Dos Hermanas unas sevillanas del Rocío que dicen en una de sus letras: «estrenamos casa nueva y carreta del Simpecado, qué buenos puntales tiene la reunión del Pelao». El protagonista que inspiró esta estrofa se llama Antonio Alonso Muñoz, aunque todos lo conocen más bien como Antonio «el Pelao», el apodo de su familia del que presume con orgullo y que ya casi han heredado también sus hijos. Como diría la letra de otras sevillanas famosas, Antonio «está cargado de años y sigue haciendo el camino». En su DNI figuran ya 75, casi los mismos que lleva acudiendo a la aldea de Almonte para rezarle a la Virgen del Rocío pues, tal y como asegura, prácticamente desde que nació está unido al camino.

«Sólo he faltado cuando ha habido luto o enfermedad en mi familia. Mientras que pueda seguiré yendo, aunque me cuesta más trabajo y estoy más torpe», explica este rociero de Dos Hermanas que, pese a andar ya apoyado en un bastón, continúa teniendo las mismas ganas cada año de colgarse la medalla y hacer el camino con su hermandad. Ahora, el trayecto sigue realizándolo igual que entonces pero en coche por motivos lógicos de salud. Atrás le quedan ya esos años en los que, siendo alcalde de carretas, se hacía el camino completo a pie, sin parar quieto ni un momento y andando de un lado para otro.

Entre los rocieros de Dos Hermanas, Antonio «el Pelao» es toda una institución por su veteranía, experiencia y vinculación con la hermandad filial. Incluso más allá de este ámbito, al «Pelao» casi lo conocen también en todos los rincones de la Dos Hermanas de antaño, aquella en la que el municipio aún era y tenía vida de pueblo. «A las familias del pueblo de siempre las conozco a casi todas, me dices el nombre y sé de quién es cada uno, pero ahora esto ha crecido mucho y hay muchísima gente nueva, ya me pierdo», reconoce.

Y es que, además de su faceta como rociero de pro, Antonio se ha llevado durante toda su vida detrás de un puesto de pescados en el mercado de abastos de Dos Hermanas. Empezó a trabajar muy joven de la mano de su tía, Antoñita «la del pescao» y su marido, José Pérez Iborra, hasta que finalmente se hizo él cargo del negocio. «Conocí esos años de apogeo de la plaza, en los que la gente esperaba en la puerta antes de que abriera», recuerda. Por aquel tiempo, «El Pelao» vendía pescado en el mercado pero llegando el Rocío se colgaba su medalla y emprendía el camino hacia la aldea almonteña para no faltar nunca a su fiel cita con la Blanca Paloma.

Familia rociera

La fe hacia la Virgen del Rocío la traía Antonio en sus genes. Su padre, Antonio Alonso Madueño, fue uno de los hermanos fundadores de la hermandad de Dos Hermanas, corporación de la que luego el propio «Pelao» fue uno de los pilares fundamentales, al estar durante décadas formando parte de sus juntas de gobierno. «Menos prioste y secretario, creo recordar que he sido de todo», apunta mientras hace memoria para cuadrar la fecha en la que fue hermano mayor, entre 1975 y 1978.

Aunque asegura que no le gustan los homenajes ni los reconocimientos, la hermandad del Rocío de Dos Hermanas quiso, hace unos meses, agradecerle a Antonio su labor en todos estos años, con un sencillo acto que tuvo lugar durante la marcha a caballo a la aldea de Almonte, que la filial organiza cada año en el mes de diciembre. Su momento más especial, sin embargo, estará siempre en la propia romería; en el camino con su hermandad nazarena y en el instante en que el Lunes de Pentecostés la Virgen llega a la casa hermandad de Dos Hermanas y cae sobre ella una lluvia de pétalos. En la memoria intacta del «Pelao» se siguen acumulando los caminos y las vivencias que, avisa, pretende seguir sumando por muchos años más. 

Ver los comentarios