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Coronel de la Guardia Civil de Cádiz: «Los mataron pero su recuerdo y sus sacrificios seguirán siempre con nosotros»

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La toma de posesión del nuevo jefe del acuartelamiento gaditano se vive con un sentir especial tras el asesinato de los agentes en Barbate

Luis Martín Velasco jura su «firme compromiso» ante sus compañeros en un duro momento: «Trabajar junto a vosotros es el mayor honor que ningún mando puede tener jamás... os prometo estar a la altura de esta Comandancia»

María Almagro

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Respeto, emotividad, orgullo, recuerdo, solemnidad y entrega. Así se podría definir el acto de la toma de posesión de nuevo coronel de la Guardia Civil de Cádiz, Luis Martín Velasco, una jura que se suspendió por última vez hace ahora tres meses debido a los funestos y trágicos hechos que tuvieron lugar en Barbate. La muerte (por asesinato) de dos guardias civiles arrollados de manera atroz por una narcolancha, paró cualquier tipo de protocolo oficial. Como también paró el sentir de quienes tenían que formar parte de ello. Y de todos los cuarteles de Cádiz.

Pero, el trabajo continúa y con esa idea de «ahora más que nunca» la Comandancia gaditana se intenta reponer y seguir. «No hay otra», dicen. Además este viernes se celebraba los 180 años de la Fundación del Cuerpo y el mensaje del Duque de Ahumada sobre los valores de la Benemérita se hacían más presentes aún en este acuartelamiento que lucía abarrotado de público y de todo su respeto.

Tras el solemne izado de la bandera y con la presencia de las autoridades, entre ellas el director general de la Guardia Civil, Leonardo Marcos, el general de la IV Zona y el delegado del Gobierno de Andalucía, se pasaba revista y con los sones del himno de España comenzaba un acto marcado principalmente por lo emocional.

Además se hacía entrega de las medallas a aquellos que por su labor o por algún cometido o actuación se han distinguido durante este año. Entre ellos, los agentes que fueron disparados en Bornos por un grupo de narcos que guardaban cultivos de marihuana, o al agente jubilado Ignacio Borrego que con 97 años enfilaba con orgullo su paso hacia el atril para recibir una condecoración «por toda una vida dedicada a la Guardia Civil».

Tras estos momentos de reconocimiento, era el turno de las palabras del nuevo jefe del acuartelamiento: el coronel Luis Martín quien bien conoce la provincia ya que en ella lleva muchos años desempeñando su labor en diferentes puestos pero que ahora toma el relevo del anterior coronel, Jesús Narciso Nuñez, para el que tuvo un agradecimiento muy especial.

Martín Velasco pronunció un discurso sentido, muy emocionado en partes, como en las que se refirió a su sentido de entrega a la Benemérita, una herencia familiar que «siempre» ha llevado consigo. «Gracias por confiar en mí esta grandísima responsabilidad», arrancaba su locución tras haber jurado sobre la Biblia su nueva posición.

«Prometo cumplir, haré todo lo necesario para estar siempre a la altura de esta Comandancia... seréis el centro de mis preocupaciones y de mis ocupaciones», les manifestaba a todos sus agentes, subordinados y compañeros que le escuchaban. «Toda vocación tiene un momento clave y el mío fue la jura de mi hermano, también coronel... ahí supe que haría todo lo posible». Se emocionó especialmente el coronel al mencionar a su familia más cercana. Su mujer Eva y su hija, quienes le observaban con toda la atención que merece ese cariño. «Gracias por esperar, no exigir... por todo lo que hacéis».

Y volvía a referirse a sus guardias civiles. «Trabajar con vosotros es el mayor honor que ningún mando puede tener jamás». En este punto y tras recordar los 180 años de historia y de valores del Cuerpo Benemérito, Luis Martín quiso acordarse de manera muy especial y pausada de los agentes fallecidos en servicio. «Los despedimos con honor pero también con orgullo, por luchar contra aquellos que quitan con desprecio la vida por enriquecerse de la manera más fácil».

Y continuaba para ellos: «Desde su destino final hoy nos contemplan y muestran ¡cómo esos asesinos mienten!», decía con la voz entrecortada. «¡Porque digan lo que digan solo vertieron su sangre, solo mataron sus cuerpos pero no destruyeron sus almas ni acabaron con la libertad!. La libertad la vivimos y su recuerdo y sacrificio vive hoy y vivirá siempre con nosotros. Por ello con vuestro recuerdo y el de todos los que dieron su vida por la patria sentiremos otra vez más un nudo en el estómago al oír el toque de oración y entonar 'La muerte no es el final'. Cada estrofa de nuestro himno servirá para reafirmar nuestra vocación para recordarnos por qué arriesgamos la vida, para entender por qué mañana querremos ser mejores guardias civiles», cerraba con sonoros aplausos.

Del mismo modo se pronunciaba el director general de la Guardia Civil quien ensalzaba la figura del nuevo coronel. «Esta Comandancia es uno de los principales referentes en la lucha contra el narco. No vas a estar solo, cuentas con un magnífico capital humano y ellos son la clave del éxito».

Y por último, como ese tradicional y sentido colofón, comenzaba a sonar 'La muerte no es el final', la entrega de la corona de flores... el homenaje a los caídos que siempre resuena de una forma especial por el significado que tiene pero que en esta ocasión y debido a las circunstancias se sentían tan cerca en Cádiz, entre lágrimas y, sobre todo, con muchísimo respeto.

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