MEDIO AMBIENTE

Adecuna denuncia envenenamientos de rapaces en el Guadiamar

La Asociación por la Defensa de la Cultura y el Medio Ambiente de Aznalcóllar alerta del incremento de envenenamientos en el Corredor Verde del Guadiamar y su entorno. También es un problema para muchas mascotas, expuestas a una intoxicación.

Adecuna denuncia el envenenamiento de aves rapaces en el Corredor Verde del Guadiamar ABC

ALBERTO OTERO

La Asociación para la Defensa de la Cultura y la Naturaleza de Aznalcóllar (Adecuna) denuncia el uso de venenos en el Corredor Verde del Guadiamar y sus alrededores afectando a la población de rapaces y otros predadores como zorros o meloncillos . Desde la asociación dan la voz de alarma ante una situación «que se ha agravado los últimos dos o tres años» e inciden en que el veneno desencadena un «efecto dominó» que supone un peligro público.

Juan Antonio Figueras, presidente de Adecuna, destaca la «falta de sensibilidad» y a la dificultad que tiene la labor de concienciación para erradicar este problema. Figueras apunta que esta situación, más común en la campiña y la sierra, ha tomado fuerza en el Guadiamar. «En el corredor verde ha habido problemas antes, pero desde hace un par de años se le ha perdido el respeto y avanzamos a una situación difícil de revertir» , subraya.

La última denuncia que realizó Adecuna fue hace una semana, cuando encontraron en la campiña los cadáveres de dos milanos reales, una especie catalogada en peligro de extinción . Días antes, a la altura del Rancho del Guadiamar también aparecía el cadáver de un busardo ratonero con «claros signos de envenamiento».

Tanto las rapaces como los zorros o meloncillos ofrecen un equilibrio en el ecosistema manteniendo a raya a roedores y otros pequeños animales. La ausencia de estos predadores puede llevar aparejada la aparición de plagas , que acaban tratándose con productos nocivos para la salud y el medio ambiente.

Un busardo ratonero víctima del veneno junto a una urbanización colindante al corredor ABC

Furtivismo

Al veneno se suma el problema del furtivismo, que también ven en aumento y que supone además un problema de seguridad para los miles de usuarios de este espacio verde sobre el que se ha asentado en la última década el turismo de naturaleza. Por el corredor es común ver senderistas, muchas veces acompañados de sus perros, que quedan expuestos al veneno, o ciclistas, de los que existen quejas de perdigonazos.

La finalidad de acabar con las rapaces y otros predadores tiene dos principales causas: proteger a corderos recién nacidos y gallinas o eliminar «competidores» en la caza de perdices, conejos, liebres o zorzales, cuyas poblaciones son escasas.

Juan Antonio Figueras explica que «es habitual que tras el parto de ovejas se dejen la placentas con veneno creando una trampa mortal» cuando para prevenir los ataques existen medidas sencillas y tradicionales como la instalación de mallas en los gallineros o cercas para los corderos recién nacidos en los rediles.

Desde Adecuna también indican que se puede observar frecuentemente a escopeteros en las calles de urbanizaciones como el Rancho Guadiamar, cuyas parcelas lindan con el mismo corredor. «Lo hacen impunemente, nadie se mete en eso. Se suele ver como algo sin importancia», comenta el presidente de la asociación. Figueras lamenta que es complicado conocer los culpables y castigarlos, ya que «prácticamente hay que pillarlos en el acto». Las multas no son menores, pudiendo alcanzar cifras de varios miles de euros.

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