Marian Álvarez (Madrid, 1978) nunca quiso ser actriz. En el fondo, lo que quería era ser cada día una cosa distinta. La indecisión la llevó a estudiar por un lado Empresariales y, por aburrimiento, matricularse en una escuela de interpretación. Allí acabaría siendo inoculada por el veneno de la actuación, dando comienzo a una carrera discreta pero firme que ha terminado por eclosionar con infinita fuerza en su último papel en ‘La herida’, ópera prima del montador Fernando Franco y una de las grandes sorpresas cinematográficas de esta edición de los Premios Goya, acumulando seis nominaciones con un cinta de bajo presupuesto y una atípica apuesta formal.
También para la actriz la cinta se ha convertido en fuente inagotable de alegrías y así lo hacía saber el pasado 13 de enero tras recoger el premio José María Forqué a la mejor intérprete femenina. “Fernando Franco, me has hecho el mejor regalo de mi vida", declaraba una emocionada Álvarez. Su personaje, Ana, una joven sumida en un trastorno límite de la personalidad, le ha reportado la Concha de Plata en el Festival de Cine de San Sebastián y el premio de interpretación femenina en los festivales de Toulouse, el de Cine y la Palabra y el de Mar de Plata, así como sendas nominaciones a la Medalla CEC y al Premio Goya.
El secreto de este encandilamiento ya fue desvelado por el jurado que la otorgó la Concha de Plata en San Sebastiá.: “Todo el tiempo creemos en ella. Nunca intenta seducirnos. Transpira verdad en cada plano. Avanza en la película llevando consigo una necesidad vital, la necesidad de ser amada y nos muestra la soledad humana. Su trabajo de actriz es profundo, valiente, original y generoso”. Generosa, real, profunda, valiente… son las claves de una actriz que lleva más de una década dejando su impronta en la pequeña y gran pantalla con papeles cotidianos, sin grandes alardes, pero con una presencia sorda que duele por auténtica. Ella es la vida real, nuestra vecina de al lado, nuestra hermana, prima, hija o la frutera de la tienda de la esquina. Ella es nosotros. Somos ella. Y es tan verdad que duele.
Curtida en todos los medios, ha sido en la pequeña pantalla donde fue ganando popularidad desde sus inicios en '7 vidas', allá por el año 2001, o más tarde en series como 'Hospital Central', 'Motivos personales' o 'La fuga'. Su debut en el cine se produjo de forma paralela, también en 2001, con el corto 'Soberano, el rey canalla', del director Miguel Bardem. Tres años después llegaría su primer largometraje, 'Incautos', a las órdenes del mismo director. Su filmografía se completa con otros títulos como 'Semen, una historia de amor', 'A golpes', 'Atropello', 'Lo mejor de mí' o 'Bestezuelas'. Hasta llegar al punto de inflexión que ha supuesto 'La herida'.
Dejarse la piel para interpretar a Ana ha situado a esta intérprete de cuerpo entero como favorita en una carrera por el Goya a la mejor actriz protagonista marcada por el relevo generacional. La madrileña compite con tres actrices dispares de las que solo una de ellas, Nora Navas, puede considerarse relativamente veterana en estos lares tras alzarse con el Goya por 'Pa Negre' en la edición de 2012. Junto a ellas, la cada vez más omnipresente Inma Cuesta y una jovencísima Aura Garrido. Todos dan por hecho que será Álvarez la que se lleve a casa el 'cabezón', aunque no sería la primera vez que la gala de los Goya ofrece sorpresas. Lo gane o no, el premio para Álvarez ha sido sin duda tomar posiciones en la primera línea del cine español, después de años desprendiéndose la piel capa a capa hasta llegar a deslumbrar mostrando desnuda su verdadera naturaleza actoral.
