Raffaella Carrà no se retira de la televisión

La presentadora italiana presenta la gala del 60 aniversario de TVE

Muere Raffaella Carrà

Madrid Actualizado: Guardar
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Raffaella Maria Roberta Pelloni (Bolonia, 1943) no deja la televisión. Sus palabras al programa «Domenico Live», del canal italiano TeleCinque, fueron malinterpretadas. «O no me he explicado bien o ha sido un malentendido. Quería decir que en este punto de mi carrera y de mi vida, después de tantas satisfacciones, mi sueño es hacer un proyecto para dar la oportunidad a jóvenes talentos. Eso no significa que me retire, pero quiero cambiar un poco la trayectoria profesional. Siempre elegí programas en los que mi intuición me decía: “Vamos Raffaella, acepta el riesgo y tírate al ruedo”. Siempre con entusiasmo e ironía. He tenido la suerte de ser dirigida por grandes profesionales y, al no ser tonta, en cada experiencia he aprendido».

Deshecho el error, que todos los medios se apresuraron a reproducir, según el signo de los tiempos, Raffaella Carrà responde a las preguntas de ABC, de su puño y tecla, mientras vuela hacia su otro país. Antes pasó como un rayo por Madrid, donde grabó la gala por el 60 aniversario de TVE, que se emitirá mañana a las 22.05 en La 1, La 2 y el Canal Internacional.

-En España es un icono desde hace más de treinta años. ¿Alguna vez se ha preguntado por qué la acogimos tan bien?

-Qué quiere que le diga. Me he planteado esta pregunta mil veces y no sé. Será una química especial, será que mi carácter se parece mucho al vuestro… Ahora mismo el avión sobrevuela la Comunidad Valenciana y desde arriba veo la tierra roja española. Siento una emoción fuerte desde la primera vez que puse mis pies aquí. Y no me gusta hacer la pelota, se lo aseguro.

-De algún modo, los españoles también la sedujeron, porque se quedó mucho tiempo

-Pienso que el destino ha jugado mucho en mi relación con España. Lo fundamental es haber tenido la confianza de tantas personas importantes que creyeron en mí. Si te encanta un lugar es porque las personas que lo habitan te gustan. Las encontré importantes, pero también compañeros, profesionales o gente de la calle que he amado incondicionalmente.

-¿Cuáles son los profesionales de los que guarda mejores recuerdos?

-Sería una larga lista. Me quedo con amigos de la tele y a lo mejor me olvido de algunos. Lola Flores era energía pura y de una simpatía y naturaleza únicas. ¡Nos hemos reído tanto! Loles León fue mi compañera de aventuras. Bromeábamos intentando olvidar el cansancio. María Teresa Campos es una número uno todavía. No puedo olvidar las campanadas con Ramón García. O Jesús Hermida, al que admiraba mucho por cómo hacía sus tertulias.

-¿En qué faceta cree que es mejor, como cantante o presentadora? O bailarina, actriz, compositora...

-¡Oye, me suena a campanas de muerto! Todavía estoy aquí, ¿sabe?

-Perdón. ¿Qué ocurrió para que dejara Hollywood antes de tiempo

-No sentí el flechazo. Terminé mi labor y volví a casa. Admiro mucho a los americanos por su forma de organizar el trabajo y la he copiado, pero como manera de vivir la vida no me adapté.

-En televisión ha participado en series incluso recientemente, pero no sé si ha logrado colmar sus ambiciones

-Hice una serie en cuatro capítulos muy bonita y he sido actriz de teatro serio, pero la televisión me sorprende más y no sé vivir sin la música.

-Una vez firmó un contrato en el que exigía tener tres minutos para hacer lo que quisiera. ¿Fue una de las claves de su éxito? ¿Sabía mejor que los directivos lo que le gustaría al público?

-Soy una mujer libre, con convencimientos, y en el trabajo me encantan los retos, no me gusta la vida fácil. Entonces, tenía que actuar y cantar y bailar, pero estaba todo demasiado preparado. Por eso pedí tres minutos para mí, actuando a mi manera.... Fue la sorpresa más grande para el público. Un día después, ya era famosa en Italia. Era el año 1969.

-El éxito es complicado, pero permanecer tantos años parece un milagro. ¿Cuál es el secreto?

-Suerte y mucho trabajo. Y saber que todo puede terminar de un momento a otro. La vida real es más importante.

-En los setenta su cuerpo fue motivo de admiración y a veces de escándalo. ¿Tuvo algún problema en España o en Italia por mostrar demasiado?

-En 1970 mi ombligo fue un escándalo. Para mí era normal. En la calle nos vestíamos así… Pero en la televisión pública hizo historia. Hoy es una tontería.

-Grandes expertos han escrito sobre su carrera. Habrán dicho cosas bonitas, feas, acertadas y algún disparate. ¿Destacaría algo?

-Sería peligroso que hubiera consenso, pero para no tener amarguras, es mejor leer solo las críticas que te ayuden a mejorar. Creo mucho en trabajar con la cabeza, en la creatividad y en saber que el espectáculo es un juego que se practica con mucho trabajo. La vida es otra cosa mucho más importante.

Y Raffaella se despide, ya con la costa italiana dibujada en el horizonte de su ventanilla y sin perder la sonrisa: «¡Os deseo un año muy, pero que muy feliz!», concluye. Larga vida al mito.

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