Theresa May
Theresa May - REUTERS

El programa que descubrió que a Theresa May le gusta Abba

El espacio radiofónico británico «Los discos de la isla desierta» cumple hoy 75 años con Beckham de invitado

Londres Actualizado: Guardar
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Un Tony Blair con melena tocaba la guitarra en sus días de Oxford en un grupo de rock, Ugly Rumours, inspirados por la psicodelia de los Grateful Dead estadounidenses. Su sucesor, el antipático Gordon Brown, intentó un guiño a la modernidad asegurando que le encantaban los Artic Monkeys. En música, el posh David Cameron era un moderno integral, que citaba a Radiohead y The Killers como preferencias. Todo cambia con Theresa May. En 2014, siendo ministra del Interior, le pidieron que eligiese los ocho discos que se llevaría a una isla desierta. Ninguno era de antes de 1976. Eso sí, se descubrió que le encanta Abba.

May ha sido uno de los más de tres mil invitados que han pasado por el programa radiofónico «Desert Island Discs» («Los discos de la isla desierta»), que comenzó a emitirse en 1942, en plena guerra. El espacio de BBC Radio 4 celebra hoy su 75 cumpleaños, edad que alcanza con buena salud: casi tres millones de oyentes cada domingo. La estrella para la efeméride será el sobrevalorado David Beckham, exfutbolista al que los ingleses adoran y hoy modelo y embajador de Unicef.

«La música siempre ha sido una parte muy importante de mi vida y la de mi familia y es un placer participar en un programa tan icónico», celebra el marido de Victoria Adams, excantante con las Spice Girls y reconvertida en diseñadora.

El primer invitado del programa fue el actor Vic Oliver. Pero solo siete futbolistas han pasado por su estudio. La dinámica del longevo espacio es muy sencilla. El famoso debe escoger ocho discos (o grabaciones), un libro y un objeto de lujo que se llevaría a una isla desierta. En realidad la selección del invitado es un pretexto para entrevistarlo y tratar de que destape aspectos poco conocidos de su vida personal.

Los gustos de la ministra

Convertida hoy en primera ministra, resulta interesante repasar los gustos que reveló Theresa May. El libro fue muy inglés, «Orgullo y prejuicio», la novela de Jane Austen. Su artículo de lujo constituyó toda una sorpresa: una suscripción de por vida a la revista «Vogue», de la que pronto será ahora portada en su edición estadounidense.

En música, la crítica inglesa la tachó de «anticuada» y de «horrible gusto». Pero probablemente cargaron demasiado las tintas. De entrada eligió dos piezas de los venerables Mozart y Purcell. Aunque de Wolfgang Amadeus elogió el aria de la Reina de la Noche de la «Flauta Mágica», un tanto chillona para relajarse en la isla. También se quedó con el bailón «Dacing Queen» de Abba y con una canción de un grupo coral estadounidense de los sesenta, que descubrió viendo con su marido en el West End el musical «Jersey Boys». El título del tema era toda una declaración de intenciones: «Caminando como un hombre».

Como curiosidad, también escogió como documento sonoro los diálogos de un capítulo de «Sí, primer ministro», una telecomedia de humor de los ochenta, en que un premier en apariencia un poco lerdo se sale siempre con la suya con la ayuda de un taimado alto funcionario.

Con Beckham el reloj volverá al presente. Se dice que le gustan Jay Z, Eminem y U2, con un recuerdo siempre para el humo de Bob Marley.

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