Café ZamoraLa prepotencia de una propietaria obliga a Chicote a abandonar la reapertura del restaurante

En la nueva entrega de «Pesadilla en la cocina», Alberto Chicote se trasladó a Zamora para atender la última llamada de la propietaria de un restaurante que vive sus horas bajas. En una primera valoración, Sole explicó al cocinero madrileño que el problema es el personal. Rápidamente, el chef se cuestionó por qué motivo no les despedía y la propietaria aseguró que ya lo había hecho. «Pasa mucha gente por aquí, porque no reúnen las condiciones de servicio, presencia y actitud que yo pido», aseguró.

Tal y como se desarrolló el primer encuentro entre Chicote y la propietaria, era de esperar que las cosas no iban a ser sencillas. Los contínuos enfrentamientos de la dueña con sus empleados molestaban a los clientes que ingerían los alimentos en un ambiente cargado de gritos.

Harto de discusiones, Alberto Chicote se atrevió a sincerarse con Sole y dijo: «Generas un ambiente que los clientes no pueden soportar. Te falta de empatía y tu actitud es despota». Lejos de reflexionar sobre las palabras del cocinero, la propietaria se encerró en sus propios pensamientos.

Tras la reforma del local, el equipo se puso en marcha con la reapertura para corregir errores e intentar dar un buen servicio. Pero, Sole, que fue la encargada de dar el pase a los platos, no se centraba y Chicote no sabía hacer reaccionar a la propietaria. «Tienes una forma de hacer las cosas que te van a llevar al mismo agujero donde estabas cuando me llamaste», dijo en un intento de provocar un cambio en la actitud de la dueña. Pero, ésta solo supo contradecir lo que decía Chicote una y otra vez.

«Si quieres me voy ya», dijo desesperado el chef. «No voy a decirte que no», contestó Sole con prepotencia. «Hasta luego, pásalo bien aunque con esa cara no creo que lo vayas a conseguir», dijo Chicote antes de abandonar para siempre El Zamora.

Antes de dejar por completo su nuevo reto, Alberto Chicote explicó a cámara lo sucedido. «Me voy con la satisfacción del trabajo bien hecho. Pero, donde no me quieren, ya se que me tengo que ir. Lo siento por el equipo y por Sole, porque como no cambie no va a servir de nada lo que he hecho». Por su parte, la propietaria aseguró que había tratado de evitar el enfrentamiento con el cocinero de «Pesadilla en la cocina pero fue imposible «Le mandé a paseo», sentenció.