Eurovisión

El EuroVillage abre sus puertas con vistas al Océano Atlántico

El recinto, de acceso gratuito, inunda Lisboa con el espíritu del Festival de Eurovisión

FRANCISCO CHACÓN

El EuroVillage ya se ha hecho realidad en una de las zonas neurálgicas de Lisboa: el Terreiro do Paço. Es una especie de parque temático temporal que el Ayuntamiento instala para dar satisfacción a los cientos de ciudadanos (lugareños y turistas) que desean tomar el pulso a Eurovisión y no tienen acceso al Altice Arena por haberse quedado sin entradas.

Para todos los devotos del festival y para mostrar al mundo que la capital portuguesa está de moda, el recinto ha tomado posesión de esa emblemática plaza del Comercio, que se abre a la desembocadura del río Tajo en el Océano Atlántico, siempre con la brisa por montera y el permanente sabor a fado. Un enclave, por tanto, con ADN musical, donde los lisboetas celebran cada Nochevieja y los atardeceres primaverales o veraniegos exhiben su fulgor.

El acceso resulta gratuito (hasta que se complete el aforo), aunque con fuertes medidas de seguridad, tal como prevé el plan de protección ideado por el municipio de la ciudad más importante al otro lado de la frontera. Así lo comprueba ABC durante la inauguración del área.

Como en los aeropuertos, las filas en zigzag anteceden al detector de objetos prohibidos. Sale un pitido procedente de nuestros bolsillos y el policía se pone en alerta. “Son mis dos teléfonos móviles”, le decimos. Nos da una palmada, sonríe y hace un gesto amable para indicar que podemos pasar.

El EuroVillage se despliega en toda su extensión: una caseta de Turismo de Lisboa por aquí, otra de Turismo de Portugal por allá, un ‘stand’ de la marca líder de automóviles eléctricos, el (excelente) café más vendido del país vecino, camionetas de comida callejera… o sea, como en los festivales de rock. Y, claro, un escenario por el que van desfilando los cantantes eurovisivos de las 43 delegaciones representadas.

Tampoco podían faltar las pantallas gigantes para cumplir uno de sus principales objetivos: que lisboetas y visitantes vean las semifinales (8 y 10 de mayo) y, por supuesto, la final del día 12 en un ambiente distendido, similar al de las grandes citas futbolísticas, como acontecerá durante el próximo Mundial de Rusia.

Este poblado provisional se puso de largo con los Beatbombers, el dúo de ‘scratch’ formado por los portugueses DJ Ride y Stereossauro, que también descargarán su modernidad a golpe de ‘loops’ y arte urbano en la mismísima final, junto a Mariza, Ana Moura, Branko, Mayra Andrade y el esperadísimo dueto entre el recuperado Salvador Sobral y el histórico cantante brasileño Caetano Veloso.

Cada día se dejarán ver por el EuroVillage los abanderados de los distintos países que aspiran a la gloria eurovisiva, para disfrute de cuantos se reúnan en los alrededores. Al lado de ellos, algunos de los nombres más variopintos y destacados de la escena musical portuguesa, como la escudería del sello DiscoTexas, toda una institución local en lo que a música electrónica se refiere.

Igualmente, acudirán en las próximas veladas Ana Bacalhau, Orelha Negra, Blaya y Marta Ren. Todo para que locales y extranjeros se impliquen de lleno en el espíritu de un festival convertido en un verdadero espejo pop de la ciudad y el país que lo organizan cada mes de mayo.

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