Netflix«Santa Clarita Diet», la gran apuesta de Netflix no apta para estómagos delicados

Drew Barrymore vuelve a la pantalla con esta serie, disponible desde hoy en la plataforma de streaming

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No te dejes engañar por los primeros minutos de «Santa Clarita Diet». Si consigues sobrevivir a la «muerte» de Drew Barrymore, a la inusual reacción de Timothy Olyphant y al ritmo vertiginoso de los suburbios de Los Angeles, serás recompensado con una comedia inocentemente violenta. «Santa Clarita Diet» es la gran apuesta de Netflix para febrero y solo esta premisa nos parece suficiente para darle una oportunidad.

Joel y Sheila Hammond son agentes inmobiliarios y residentes en Santa Clarita, en la periferia de Los Ángeles. Su vida es bastante anodina hasta que Sheila sufre un cambio radical. Tras haber sido durante años una esposa y madre amorosa a la que parece no sorprenderle que de un día para otro tenga que comerse a otras personas para sobrevivir. Sin saber exactamente cómo, los Hammond aceptan su nueva realidad como si fuera un problema más (y con una sonrisa siempre, eso sí). Sheila es una zombi, pero es tierna hasta cuando come un dedo como aperitivo.

«Estaba nerviosa por volver a trabajar, porque había dejado de lado mi carrera para criar a mis hijos y esto llegó a mis manos en el peor momento posible. Pero a veces lo que parece que es el peor momento acaba siendo lo contrario y te hace sentir viva de nuevo. Como Sheila, creo que necesitaba despertar, y pude vivirlo a través de ella. Perdí 20 libras (unos nueve kilos) durante el transcurso del rodaje, me aclaré el pelo, tiré la bata, pasé de los zapatos planos al tacón... Cambié a través de ella», contaba a nuesta compañera Helena Cortés, mientras se mostraba orgullosa por participar en una serie «divertida, que permitirá a la gente desconectar».

La nueva comedia de Netflix promete momentos para los que no podrías estar listo ya que Victor Fresco, su creador, ha arriesgado mucho y ha dejado correr bastante sangre (y bilis). «Los dedos y los cerebros tenían una textura gomosa, pero lo que parecía pollo crudo era en realidad como la tarta de los niños. He comido un montón de cosas raras», recuerda, aunque antes era vegetariana.

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