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La muerte de Pablo Escobar, el narco que enterró tantos cadáveres como billetes

Los responsables del rodaje de la serie de Netflix cuentan la intensidad con la que vivieron el final del protagonista de la serie «Narcos»

Madrid Actualizado: Guardar
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Todo el mundo quería ver muerto a Pablo Escobar. Y una simple búsqueda en internet bastaría para no considerar un spoiler la premisa de la que partía la serie «Narcos»: «Pablo muere». Y es que «cualquiera con Wikipedia sabe que Pablo Escobar iba a morir», se justifica Eric Newman, productor ejecutivo de una de las grandes bazas de Netflix.

La escalada en el poder del narco más famoso de la historia dejó tras de sí un rastro de sangre proporcional a la cantidad de dinero que enterraba en sus múltiples propiedades. Y, claro, los enemigos se acumularon, igual que antes lo habían hecho los cadáveres. «Poco a poco, su imperio empieza a derrumbarse», aclara el director de «Narcos», Andres Baiz.

Un final tan épico no podía saldarse con un simple fundido a negro. «Esta temporada tiene mucho que ver con el colapso físico y emocional de Pablo Escobar», relata Newman. Todos coinciden en que para darle a su muerte la intensidad que requería, el papel del protagonista de la serie era fundamental: «Fue duro para Wagner. Poco a poco, le dejan solo. Es una gran carga para un actor», cuenta Baiz, que detalla cómo idearon ese final: «Queríamos que fuera muy enérgico para tener un realismo crudo. Y queríamos crear un sentido de urgencia. No queríamos hacer una gran secuencia de acción de Hollywood, queríamos hacerla intensa e inquietante».

Sus compañeros de rodaje coinciden en alabar la disciplina del intérprete brasileño, que vivió su propia cruzada con los fans de la serie cuando se le echaron encima por su poco creíble acento colombiano. Detalles que, a medida que avanzaba la serie, se perdían en la nada. Y hasta sus compañeros se rindieron a la evidencia.

Siempre con la pretensión de ser lo más leales posibles a la historia colombiana, decidieron finalizar el rodaje en la casa donde vivió el narco en la vida real, filmando «justo al lado de donde lo asesinaron».

También comentan el que fue uno de los momentos más emotivos de la serie, cuando Paulina García, que interpreta a la madre de Pablo, corre hacia el cuerpo de su hijo. «Fue realmente magnífico, nos puso la carne de gallina. Le dieron un fuerte aplauso. Creo que la gente está lista para este tipo de autenticidad», sentencia el director.

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