Álvaro Morte interpreta a «El Profesor» en la exitosa serie de Antena 3, «La casa de papel»
Álvaro Morte interpreta a «El Profesor» en la exitosa serie de Antena 3, «La casa de papel» - SERGIO LARDIEZ

La casa de papelÁlvaro Morte: «La casa de papel va a marcar un antes y un después en la forma de tratar la ficción en este país»

El actor, conocido por su interpretación como «El Profesor» en la miniserie de Antena 3, desvela cómo ha sido su experiencia en la ficción, cómo ha vivido el apoyo de millones de fans y cómo ve personalmente el sector

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Álvaro Morte es un actor y productor que acumula muchos trabajos en series de televisión, pero, sobre todo, por su trayectoria en Antena 3. Lo hemos podido ver en la sobremesa con «Bandolera», «Amar en tiempos revueltos» y, últimamente, interpretando a un personaje principal en la exitosa «El secreto de Puente viejo». Aunque su gran reconocimiento ha llegado ahora en el «prime time» de la cadena generalista por su interpretación de uno de los principales protagonistas, «El Profesor», en la serie «La casa de papel». Inmerso en el rodaje de la última parte de la ficción, la cual podremos ver en otoño, nos cuenta cómo ha sido el proceso, lo que ha significado y cómo lo está viviendo.

¿Qué ha significado el cambio a «prime time»?

Un escaparate muchísimo más grande porque las cadenas de televisión dan mucha importancia a quién meten en la franja nocturna. Eso no significa que nosotros seamos mejores o peores, es simplemente la forma de trabajar de las cadenas. Sí que como actor el objetivo es acabar en un «prime time», pero básicamente porque los productos normalmente están un poco más cuidados. No es lo mismo hacer un capítulo diario que uno a la semana. Siempre te da más tiempo para poder afinar más el trabajo, poder sacar más partido y, además, me permite el poder trabajar más un personaje desde un punto de vista más profundo. Con el personaje de «Puente Viejo», por ejemplo, siempre he intentado sacarle el mayor partido posible, pero sí que es verdad que llega un momento que dices: «Tengo doce secuencias que hacer hoy, doce mañana, otras tantas pasado…». Y en «La casa de papel», como mucho, puedes hacer dos. El tiempo que le puedes dedicar a cada una de ellas es muchísimo mayor. Así que valoro mucho el poder enfrentarme a un personaje desde un punto mucho más concienzudo.

¿Con qué estaba cuando le propusieron este nuevo papel?

He tenido la enorme suerte de no dejar de trabajar, así que el primer casting que hice para «La casa de papel» fue el 12 de noviembre y yo no terminé «Puente Viejo» hasta el 17, por lo que incluso se me llegó a solapar una cosa con otra. Además, soy una persona que no deja de trabajar. También tengo una compañía de teatro, 300 pistolas, con la que estrené la última función la misma semana que presentamos la serie. La verdad es que me siento una persona muy afortunada porque he enganchado una cosa con otra. Tengo muchos compañeros que llevan años sin trabajar, por lo que yo me siento tremendamente afortunado.

¿Le ofrecieron desde un primer momento el papel para interpretar a «El Profesor» o lo pudo elegir?

No, no. No solemos tener potestad a la hora de elegir un personaje. ¿Ojalá, no? Pero sí que es cierto que me llamaron y me dijeron: «Oye que Eva Leira y Yolanda Serrano -las directoras de casting- te quieren proponer para esto». Y ellas saben que es un riesgo proponerte a ti, pero quieren tirarse a la piscina y que seas tú. Porque, a priori, los personajes se pueden hacer de mil formas distintas, pero «El Profesor», que nunca se había visto antes, según lo leía en el guión, podría haber sido de muchas maneras. Cuando veía el papel al principio me imaginaba a un tipo de cincuenta y largos años y con un peso distinto en la serie. Y que hoy por hoy sea quien es ha sido fruto de un trabajo muy potente de investigación y de trabajo.

Ha cambiado al personaje.

Cuando hicimos el estreno de la serie, uno de los montadores se acercó y me dijo: «Álvaro, tengo que confesarte una cosa, al principio no te veía en el papel porque eras muy joven y, sin embargo, ahora ya no puedo imaginar a otro actor en tu lugar». Es muy fuerte que te digan eso. Y es que cuando se apuesta por cosas especiales y llegan a buen puerto, es cuando conseguimos cosas chulas. Hay veces que tenemos escenas que decimos: ¿cómo vamos a grabar eso? Pero esas escenas de guion que parecen las peores, cuando haces «tachán» salen las mejores.

¿Se le parece en algo el personaje que interpreta?

Hay un estudio muy potente de cómo tiene que ser este tío y, efectivamente, hay cosas que conectan conmigo, pero a la hora de trabajar un personaje no lo hago desde mi experiencia personal o lo que a mí me guste, sino que analizo al personaje de una forma absolutamente externa. Hago una meticulosidad extrema a la hora de definir el personaje y luego yo intento recrear eso. Sí que es verdad que soy muy trabajador y me gusta llevar el personaje muy desmenuzado: cómo se mueve, cómo respira… Y lo intento hacer desde fuera, pero luego habrá cosas que coincidan con mi personalidad o físico. De hecho, no tiene nada que ver el personaje de «Puente Viejo» con el de «La casa de papel». Cada uno de ellos están estudiados de una forma muy distinta y cada uno tendrá cosas parecidas a mi pero no están hechas a propósito.

La escena de transformación en el quinto capítulo ha sido de las más comentadas en las redes sociales, ¿cómo fue rodarla?

Fue de lo más divertido que he hecho jamás. Efectivamente fue muy dura de rodar por las condiciones porque cuando salgo corriendo por el desguace voy descalzo y había piedras y cristales de las lunas de los coches reventadas y tenía que correr sobre eso. Sin embargo, fue tan divertido hacerlo... Además, Jesús Colmenar, que fue el que rodó ese capítulo, y yo conectamos mucho. Tenemos las mismas referencias cinematográficas y queríamos darle un toque un tanto como «Regreso al futuro» para generar una tensión al mismo tiempo que comedia. Por ejemplo, cuando estaba en el maletero manteniendo la conversación con Raquel, es un momento divertido. Así que fue tremendamente emocionante el mezclar la acción con esa parte de humor, nos lo pasamos en grande. Es más, valoramos mucho todo el revuelo que se armó en Twitter con ese capítulo. Fue espectacular.

¿Cómo está siendo la dinámica de rodaje que llevan?

Vamos más adelantados que los capítulos que se están emitiendo. De hecho, ahora estoy esperando a que me llegue el capítulo número 13 para seguir grabando de cara a la semana que viene. Además, lo vamos a grabar todo del tirón, es decir, no vamos a esperar a después de verano porque hay compañeros que ya tienen otros compromisos.

Cuando le dan un nuevo guion, ¿no le da miedo descubrir lo que le pueda pasar a su personaje?

Terror. Porque cuando tú haces una película, tienes tu principio y tu final, pero con una serie, empiezas a trabajar y defines un personaje y puede pasar de todo. La verdad es que «El Profesor» hace muchas cosas. Es un tipo que es una caja de sorpresas tremenda, pero son sorpresas que acaban conformando este personaje porque nunca deja de generar incertidumbre. Hay otros personajes como Denver o Nairobi que, más o menos, te esperas por dónde van a venir. O incluso con Berlín, que sabes que siempre te la va a liar parda. Pero con «El Profesor» nunca sabes lo que va a pasar. Además, hay una cosa de él que creo que es maravillosa: no saben si es muy bueno o si es muy malo.

¿Cuál sería el final apropiado para el personaje que interpreta?

No sé como acaba, pero a mí por lo menos me gustaría que el personaje de «El Profesor» no dejara de lado su objetivo. El sueño de su vida ha sido hacer este atraco en homenaje a su padre. Entiendo que a lo mejor el objetivo quizás no se puede cumplir al 100% porque hay problemas con los que no contaba, pero sí que me gustaría que él no dejase de su empeño. Más allá de que él lo consiga o no, que no deje de intentarlo hasta el final.

Las redes sociales se han volcado mucho con «El Profesor» y con usted personalmente. ¿Qué ha significado?

Lo valoro muchísimo. Cuando realizas un personaje nunca lo haces pensando en eso pero sí que es verdad que cuando llega ese reconocimiento, emociona. Emociona mucho, sobre todo, porque los actores hay veces que somos muy tontos y tenemos muchas inseguridades: «Quedará bien, mal, estará bien lo que estoy haciendo…». Yo suelo tomarme los papeles de una forma muy relajada pero como con el personaje de «El Profesor» era una cosa tan difícil de sacar que que a la gente le guste de verdad, me halaga muchísimo. Es más, Jesús Colmenar y Álex Pina, junto a las directoras de casting, lucharon mucho para intentar convencer de que tenía que ser yo quien hiciera este personaje. Por lo que al lograrlo, depués de dos meses de pruebas y pasar muchos castings, sentía una gran presión por si después de que esta gente luchara tanto por mí, no se arrepintieran y que el personaje de el profesor funcione y que sea algo que guste. Y luego, por otra parte, estoy teniendo comentarios maravillosos por parte de compañeros de la profesión. Está claro que el público general es el más importante porque es quien tiene que disfrutar de la serie, pero hay un público que es muy difícil y son nuestros propios compañeros, y que me estén valorando tan maravillosamente todo el trabajo tan profundo que hay realizado sobre un personaje, me pone los pelos de punta.

¿Qué le diría a esas personas que todavía no se han enganchado a la serie?

Que se están perdiendo una cosa grande. Creo que es una serie que va a marcar un antes y un después en la forma de tratar la ficción en este país. Tiene mucha referencia de lo que se está haciendo fuera. Hay muchos países ya interesados en llevársela, en comprarla porque se han dado cuenta de que es un serión. Sí que es verdad que hay gente con la que yo me encuentro que me dice que no la ha visto por cualquier motivo y cuando les convezco para que al menos se vean el primero, al cabo de los tres días me dicen que se han enganchado. Y es que genera ese efecto. Yo siempre decía al principio que si ves el primer capítulo, ya no puedes dejarlo. Sinceramente creo que es un serión y si yo no estuviera trabajando en ella, también lo diría.

¿Y tiene ya algún futuro proyecto en mente?

Últimamente mi representante está recibiendo muchas llamadas de proyectos, por lo que ya estamos pendientes de una cosita que no puedo contar todavía. Y, por supuesto, ahora que tengo recién estrenada mi función de 300 pistolas con mi compañía, voy a intentar moverla todo lo que pueda. Aburrir no me voy a aburrir. Tengo muchas cosas por delante y ahora se trata de intentar escoger con buen ojo. Además, siempre he dicho que la suerte ha venido de mi lado a la hora de elegir lo que quería o no quería hacer. Hay veces que no puedes elegir. Tengo muchos compañeros que están en esta situación y yo, afortunadamente, he tenido en mi mano la opción de elegir. Así que creo que ahora es hora de seguir este camino y ver a lo que le puedes sacar más partido.

¿Le queda algo de tiempo libre con tantas cosas entre manos?

Procuro sacar todo el tiempo que puedo para estar con mis enanos. Tengo unos mellizos que en septiembre harán tres años y quiero disfrutar de ellos todo lo que pueda. Así que siempre que puedo intento hacer eso, y luego, si me lo puedo permitir, me encanta viajar. Aunque solo sea un fin de semana loco de decir: «Vámonos a Londres o a donde sea». Me gusta muchísimo.

¿Cómo ve la situación en la que están muchos actores hoy en día?

Fatal. La gran mayoría no tiene trabajo. Estamos hablando de un 98% por ciento de paro en mi profesión. Soy de las personas más afortunadas de este país porque vivo de esto desde hace bastante tiempo, pero no puedo evitar, continuamente, acordarme de compañeros que tengo que son enormes actores y no han tenido la oportunidad que a mí se me ha brindado. Además, también hay problemas con la ayuda gubernamental, que antes existía y ahora ya no. Los actores estamos dejados de la mano de Dios en ese sentido. Creo que un país sin cultura es un país con falta de inteligencia y creo que es lo peor que nos puede pasar. La manera de seguir adelante es a través del intelecto y nos lo estamos cargando un poco la verdad.

Ver los comentarios