Juanjo Giménez
Juanjo Giménez - EFE

Juanjo Giménez, el español en los Oscar: «Jamás pensé que estaría aquí»

El cineasta nominado al Oscar por su corto «Timecode» relata sus momentos previos a la ceremonia

Los Ángeles Actualizado: Guardar
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En plena vorágine de preparaciones para la 89 Ceremonia de los Oscars, la Academia de las Artes Norteamericana cuida a los galardonados. Cientos de nominados pueblan la ciudad promocionando su trabajo, entrevistándose con agentes o, simplemente, tomándose fotos como cualquier turista. En Taste, uno de los restaurante de moda en Hollywood, nos encontramos con Juanjo Giménez, el cineasta español nominado por el cortometraje «Timecode». Giménez no quiere oír hablar de pronósticos. El único español con posibilidades de Oscar, parte entre los favoritos a estatuilla en su categoría.

Las alegrías que el cineasta se está llevando con «Timecode», ganador también del Goya y la Palma de Oro al mejor cortometraje en el pasado Festival de Cannes (galardón que hasta entonces para España solo había conseguido Luis Buñuel con «Viridiana»), pueden recibir su máxima expresión este domingo consiguiendo el deseado Oscar.

¿Uno se siente deseado, casi una estrella, con la nominación al Oscar?

A ver, sí. Estoy teniendo algunas entrevistas con agentes, con gente que se interesa por mis próximos proyectos. Creo que es normal. Antes de venir, hablé con Esteban Crespo, que pasó por esto hace dos años y me advirtió de todo lo que me he encontrado. Sí que se despierta una atención. Que los agentes me llaman. Alguien me vino a decir que, por ser nominado, cualquiera de la industria se siente obligado a escucharme. Que podía picar cualquier puerta de Hollywood y que, con mi nominación debajo del brazo, tenía derecho a hacerme escuchar. Se valoran mucho a sí mismos. Valoran los premios de la industria, es un reconocimiento que tiene mucho valor, más allá del humo y del glamour que venden.

Decía Borges que era más difícil escribir una historia corta que larga, ¿está de acuerdo?

No sé qué es más difícil, creo que estoy de acuerdo porque es más contundente explicar una historia en un periodo corto que no tener un par de horas en las que puedes exprimir las situaciones. En el corto no hay tiempo para eso. Tienes que ir al grano, tienes enganchar al espectador desde el primer momento. En nuestro caso, apenas puedo explicar la historia tras los dos protagonistas. La situación tiene que ser comprensible desde el primer momento y dar pistas de lo que sucede con herramientas que no tienes.

¿Cuál es tu visión personal de lo que estás viviendo?

Tampoco tengo mucho tiempo para pensar porque cada día hay una agenda que me marca. Es un no parar, desde actos de la Academia a entrevistas con la prensa o almuerzos. Durante la semana de las votaciones cada día había un acto porque necesitábamos dar a conocer el corto. Aquí quieres aprovechar el tiempo al máximo, intentando disfrutar y que lo disfrute el equipo. En un corto, y esto lo sabe todo el mundo, la gente colabora voluntariamente o no cobra lo que debería. Estar aquí es un premio, muchos de ellos han venido para disfrutar del momento y eso sí que me parece una recompensa.

Ahora que se aproxima la ceremonia, ¿cada día duermes menos?

No soy una persona nerviosa. Ahora que faltan dos días sigo con mi mismo estado. No lo vivo con estrés. Ya veremos cuando llegue el domingo.

¿Qué te ha sorprendido más de todo lo que estás viviendo?

Bueno, esto no es un festival. He ido a muchísimos festivales y me he dado cuenta que esto no es igual. Aquí la ceremonia es el punto clave y alrededor hay una serie de eventos. Es un remolino diferente, ayer, por ejemplo, estuve en una cena dónde había lo que ellos llaman «legends» (leyendas) y te juntan a los cortometrajistas con gente clave del negocio, como Katzenberg, el socio de Spielberg en Dreamworks. Intentan cuidar eso, intentan cuidar que te sientas agasajado por tu nominación y que lo valores.

¿Surgen oportunidades?

Si, las hay.

¿Te dejas tentar?

Sí. Estoy escuchando ofertas. Estoy abierto, por supuesto. También pienso que no tengo el perfil. Mi idea no es hacer carrera aquí, al menos, no por ahora. Mi próximo proyecto ya está, más o menos, arrancado y va a ser en España.

¿Un largometraje?

Sí, tenemos una primera versión de guión y trabajaré con gente con la que he trabajado antes.

El titulo no se dice

No, no todavía, Porque es muy primario. De hecho, hemos parado porque esto nos ocupa mucho tiempo. Esa es una de las cosas que sí que me afecta. Me parece muy bien todo esto, pero me veo a mi mismo y, ¡ostras!, me gustaría que pasará ya para ponerme en el siguiente proyecto, porque está ahí.

¿Cuál es tu foto favorita, de la que te has hecho o te esperas hacer?

Uff, la verdad no disfruto mucho cuando me hacen fotos. Aunque en este viaje me han hecho más que en toda mi vida. No sé, sobre todo las que comparto con mi equipo. Lo repito muchas veces, soy la cara visible pero hay mucha gente detrás a quien difícilmente se les reconoce.

¿Cómo te vas a preparar para la ceremonia? ¿Tienes el traje ya preparado?

Mi traje es el mismo que llevé en Cannes, y no por superstición, me gusta llevarlo porque me vi bien en las fotos y me adelgaza algún kilo. Decidí que iba con el mismo traje. Eso está cerrado.

Alguna vez pensaste en ganar el Oscar, antes de la nominación

Por supuesto que no. No soy un recién llegado, es cierto, pero pensar que puede pasarle esto a un corto, la verdad, es que se escapa y cuando haces una peli no piensas en estas cosas.

Ni soñarlo

Soñarlo, sí. Recuerdo una de Tom DiCillo («Living in Oblivion») donde el protagonista, Steve Bucemi, está rodando una película de superbajo presupuesto y por las noches sueña que sale a recibir el Oscar, y pone a todo el mundo a parir cuando lo recibe. No va a ser mi caso.

¿Te vas a llevar una chuleta?

No, no. Aquí te insisten mucho que no saques papel, el papel está mal visto. Cuando alguien saca una chuleta, baja la audiencia de la televisión y lo cuidan mucho. En la gala de nominados, nos pasaron un pequeño corto humorístico de cómo abordar el tema si te daban el Oscar. Era muy divertido, sobre todo insistían en no pasarse del tiempo, no usar papeles, pensar de antemano lo que vas a decir para no quedarte bloqueado...

¿Has ensayado delante del espejo?

No, no. Yo no hago estás cosas.

¿Cuándo ha sido el momento en que te has reído de ti mismo, viviendo la experiencia de los Oscar?

Hombre, la verdad es que fue curiosa la recepción que tuvimos en Washington. Pasaron allí una selección de los cortos y fue bastante formal. La ceremonia la presentaron dos senadores, uno republicano y otro demócrata, y yo llegué allí a mi rollo. Estábamos otro director francés y yo. Nos mirábamos con complicidad, con cara de: ¿qué estamos haciendo aquí? La reacción de la gente fue, no fría, muy solemne, muy formal, muy distante, y no dejas de pensar un poco ¿Esto que es?

¿Has pensado por qué han nominado tu corto?

No sé si soy la persona más adecuada para saber porque me han nominado o el impacto que tiene la película. La he visto tantas veces que pierdes la distancia, lo que sí me he dado cuenta, por ejemplo, es que el público se mete en la historia. Pero no solo aquí, ya nos pasó en Cannes. Notas que la gente está dentro. Es muy raro que cortos premiados en Cannes lleguen también a los Oscars porque son perfiles diferentes, aquí buscan un estilo más académico, o una audiencia más amplia. He visto todos los cortos y somos el único con un punto de comedia claro. Los demás son más bien dramas, tragedias, a lo mejor eso nos favorece. Luego somos el más corto. Los demás superan la media hora y el nuestro solo dura quince minutos. Tampoco sé si eso ayuda. La verdad yo me siento más cómodo explicando una historia en quince minutos. Tiene ese aire de cortometraje, una sola situación, un solo escenario.

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