Tom Hiddleston en «Kong: La Isla Calavera»
Tom Hiddleston en «Kong: La Isla Calavera»
Kong: La Isla Calavera

Tom Hiddleston: «Los humanos necesitan recordar que son pequeños, por eso buscan enfrentarse a titanes como King Kong»

El actor interpreta al antihéroe del regreso al cine de King Kong, el monstruo favorito de la audiencia

Los Ángeles Actualizado: Guardar
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Regresa King Kong, el monstruo favorito de la audiencia, enfrentándose a un nuevo grupo de exploradores. En Los Ángeles, entrevistamos al protagonista, Tom Hiddleston, el actor británico de moda en Hollywood. Interpreta a James Conrad, un héroe de Vietnam convertido en explorador a sueldo que viaja a la Isla de Calavera siendo ajeno a las criaturas que va a encontrar. Kong: La Isla de la Calavera recrea de nuevo la historia del mito de la selva, un héroe animal que debutó por primera vez en el cine en 1933.

Se ha convertido en el gran protagonista de las películas del genero de acción.

El mito manifiesta nuestra cultura. Me fascinan las historias épicas, los relatos míticos que me transportan a los dioses griegos, a los grandes personajes de la ópera y el teatro. Hoy en día, los mitos modernos los encontramos en el cine. La gran pantalla pinta cuadros enormes que proyectan nuestras vidas, nuestros sentimientos. Nos hemos vuelto tan domésticos que necesitamos el cine para explorar la fantasía que no nos atrevemos a vivir. Kong es una exploración de nuestra imaginación, un misterio que necesitamos entender.

¿Se siente el héroe de la película?

No, el protagonista es Kong. Mi personaje puede ser el antihéroe porque toma decisiones equivocadas que no ayudan al resto de sus compañeros. Fíjate en Loki, mi personaje en Thor, no es un villano, y sin embargo, no toma la decisión que esperas y se enfrenta al verdadero héroe. Creo que en películas como Kong vemos la importancia que tiene el medio ambiente, la naturaleza. Nosotros no existiríamos sin vivir en armonía con la naturaleza

Kong en esta versión es un gigante.

Sí. Es el más grande que hemos encontrado (se ríe). Es la idea del mito en su mayor representación. Para nosotros fue un reto imaginarlo, interactuar con una criatura tan enorme y que no estaba allí.

¿Cómo entiende usted a Kong?

Creo que la característica más significativa de Kong es su soledad. Una emoción que ha desatado su admiración por las mujeres, como hemos visto en versiones anteriores. Nosotros buscamos una historia más amplia, informamos sobre el aislamiento de Kong. En la película de Peter Jackson se contaba la historia de la bella y la bestia desde un punto de vista humano, y cómo afecta a los protagonistas encontrarse con él.

¿Vivimos fascinados con el mito de King Kong?

En la sociedad necesitamos mitos, nos alimentamos de ellos. Kong vive en consonancia con la naturaleza, y nosotros estamos perdiendo esa consonancia. Kong nos recuerda lo que significa la humildad frente a la magnitud de la naturaleza. Este Kong es magnífico, diferente, mucho más grande, por lo que podemos bucear en la vida previa del monstruo. Vamos a conocer la isla y su ecosistema tanto como el personaje. La Isla Calavera es espectacular para la audiencia, un lugar inolvidable. Hemos rodado la película en Hawai, en Australia, en Vietnam en locaciones muy particulares que me ayudaron en la interpretación. Ha sido de mucha ayuda rodar en la selva porque añade realidad a la ficción.

¿Cómo fue su preparación?

Sabía que en el interior de este personaje habitaba la disciplina. Su alma está inundada de rigidez entrenada desde su infancia. Gracias a la disciplina física que muestra, enseña también su intransigencia, el régimen militar que aplica a su existencia. Todo eso me ayudó a entender el carácter del personaje. Ha sido un papel muy físico, que me ha exigido mucho y para el que me he preparado al máximo.

Usted se ha convertido en protagonista de muchas películas de acción.

Este filme es diferente a mis películas anteriores porque la rodamos en lugares extraordinarios expuestos a las inclemencias del ambiente. Cuando rodé Thor o cualquier otra de mis películas, siempre lo hice en un estudio. La idea de llevarnos a todos, al equipo de producción y a los actores, a Hawai, Australia y Vietnam y obligarnos trabajar en espacios de una inmensa belleza natural que, al mismo tiempo, nos inundaron de situaciones impredecibles, brindan una textura casi mágica a la película.

¿Cree que su personaje sufre el trauma de los soldados que regresan de la Guerra?

Es interesante, investigué bastante sobre los soldados británicos de la SAS en los sesenta y setenta, y encontré que los consideraban «especialistas» en guerras en la jungla, sabían cómo sobrevivir en ese medio ambiente. Me pareció tan fascinante que cuanto más estudiaba sobre ellos, más descubría que a la mayoría de ellos les motivaba llegar hasta el extremo y, por eso, les era imposible adaptarse cuando regresaban.

King Kong se ha convertido en un mito que nos ayuda a entender la existencia humana, especialmente en el cine.

En Hollywood hay cierta tendencia a adaptar historias a los tiempos modernos, pero al situar la narración en los 70 nos encontramos con un estilo cinematográfico diferente. Anteriormente, las películas de King Kong se desarrollaban en islas que eran fantasía y misterio. Me gustó la idea de representar a un hombre que no está definido políticamente en el conflicto, que lo entiende y lo asume. Es un soldado que sabe de guerra y su poder está unido al de la naturaleza. Conrad sabe que en el ciclo de la vida, la cadena de alimentos es una necesidad esencial de los depredadores.

¿Qué fue lo que más disfrutó de su personaje como antagonista de Kong?

Lo que más me gusta de mi personaje es que siempre está aprendiendo, sorprendiéndose con lo que encuentra en la isla, admirando la naturaleza. La columna vertebral de la película es el poder de este mítico personaje. Los humanos necesitan recordar que son pequeños, por eso buscan enfrentarse a poderosos titanes, y ganar. King Kong es una de las grandes estrellas del cine y nos sirve para recordarnos que hay en nuestro universo cosas mucho más grandes que nosotros que no entendemos. Siempre me he sentido atraído por la imagen del mito. No quiero ser pretencioso ni intelectualizar el personaje, sin embargo, he leído los clásicos en la universidad y sé que desde la época de los griegos y los romanos vivimos fascinados con criaturas inmortales, enormes. Son una fuente de inspiración, nos abren la imaginación. A mí me gustan las historias de dioses, de grandes mitos, lo hice en Thor y vuelvo a vivirlo con en Kong.

¿Cómo se desintoxica de la atención, la fama y la atención que provocan sus romances?

Buceando en mis rutinas, alejándome por completo de esa imagen ficticia que se ha creado de mí. Es necesario poner los pies en el suelo. Tengo que tener cuidado y no dejar que me afecte esa realidad distorsionada.

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