John Wick

Keanu Reeves: «Soy un hombre solitario»

El actor, una rara avis dentro del ecosistema de Hollywood, estrena «John Wick: Pacto de sangre»

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El estilo minimalista de Keanu Reeves es el reverso de las extravagancias de Tom Cruise. Ambos actores, de 52 años, representan dos estilos opuestos del cine de acción. Los dos, a su manera, han sido ídolos de masas y objeto de críticas a su vida privada por, entre otras cosas, su ambigüedad sexual.

Activo protagonista en la construcción del misterio que le rodea, Keanu Reeves es dueño de las escenas de acción con más estilo que se recuerdan: firma de la casa es luchar con traje de chaqueta de dos botones, capa o abrigo de piel. Sin duda, controla la dinámica entre oscuridad y rebeldía hasta el punto de dotar a sus personajes de una estética tan personal que uno olvida si lo suyo son carencias o un nuevo género de interpretación.

Su poder erótico surge del magnetismo de sus silencios. Además, Reeves suma a su misterio una historia personal trágica y casi mitológica.

En el cine, su gran salto fue de estrella adolescente (en «Speed» y «Mi Idaho privado») a líder de culto en «Matrix», testimonio de su capacidad para entender la industria en la que trabaja. Experto en artes marciales, su regreso a la gran pantalla es lo mejor de «John Wick: Pacto de sangre», película que dirige quien fuera su doble en las escenas de acción en la trilogía «Matrix», Chad Stahelski.

De nuevo, el actor habla poco y pelea mucho, dispara, luce traje a medida y desprende esa controlada entereza a la que nos tiene acostumbrados. En persona, Keanu Reeves es amable, educado y sonríe más que sus personajes. Parco en palabras, confiesa que construye sus propias motocicletas en la fábrica de la que es socio para escapar del mundo -otra diferencia con Tom Cruise, que siente debilidad por las motos de marca-. Director, actor, empresario, experto en vino, en gastronomía japonesa y en el mundo del arte, Keanu Reeves es, además, autor del libro «Oda a la felicidad».

-¿Le gusta la fama?

-Ni me gusta ni me disgusta. No me siento una celebridad y no soy de los que persiguen la fama. He tenido grandes oportunidades en mi carrera y «Matrix» fue un fenómeno mundial. Formé parte de algo de lo que estoy muy agradecido, porque el proyecto en sí mismo era enorme y los elementos que componían la película eran más importantes que yo. En realidad soy un solitario.

-¿Es el mejor actor de acción?

-Sé lo que se espera de mí, lo que implica interpretar la segunda parte de un filme que ha sido un gran éxito. Me gusta añadir elementos distintos en cada película para no defraudar al público. Hemos añadido al judo y al jiu-jitsu de la primera entrega, otro nivel de acción. Me preparé intensamente con rifles y pistolas para dotar de esa habilidad al personaje.

-Laurence Fishburne y usted vuelven a actuar juntos tras «Matrix»...

-Sí, es un placer volver a trabajar con él porque somos muy buenos amigos. Es la primera vez que trabajo con él desde que terminamos la trilogía y siempre es una gran experiencia.

-¿Cree que hay una relación entre el papel de ambos en «John Wick» y el que tenían en «Matrix»?

-No, la verdad es que no. La relación de los personajes en «Matrix» es de estudiante y mentor, mientras que la que tienen en este filme es de colega a colega. Sí que puede existir un paralelismo en la dinámica con la que toman las decisiones, pero no creo que haya sido nada intencionado por parte de los guionistas.

-¿Cómo describiría a John Wick? ¿Tiene paralelismos con usted?

-Es un tipo con un gran sentido del deber, con una capacidad enorme para llevar a cabo lo que desea, lo que se propone. Es un hombre de fuerza, de honor. Es bueno en su trabajo (se ríe). A mí me encanta el personaje, su código moral y su disciplina.

-¿Qué significa trabajar a las órdenes de Chad Stahelski, su doble de acción en «Matrix»?

-Siempre he sentido una gran devoción hacia su talento. Es un gran doble, entiende a la perfección cómo articular las secuencias de acción. Nuestra relación ha evolucionado a lo largo de los años. Yo he dirigido, él ha dirigido... Pero, para mí, ha sido sensacional y divertido ponerme a sus órdenes.

-Usted habla de política con sus amigos. Sin embargo, nunca comparte sus opiniones en público.

-Hay temas que son privados. No estoy de acuerdo con llamar la atención para hacerme más famoso. Soy un hombre muy privado, así es cómo he decidido ser y cómo me gusta vivir mi vida.

-¿Las motos son su escape?

-Siempre he buscado aventuras extrañas, salvajes. Me gusta construir motos, me dedico a ello porque me parece interesante. Haga lo que haga, necesito cierta oscuridad y profundidad. El cine y las motos son parecidos en mi mundo porque ambos me han dejado el cuerpo lleno de cicatrices. Me gustan los recuerdos que he creado con ambos.

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