Guía TVVacaciones en Roma y otras películas para ver esta noche en televisión

Vacaciones en Roma (****) 18.00 h. TCM

Una de esas películas cuya visión siempre está a la altura del recuerdo que se tiene de ella, lo que la convierte en tan inmortal como la ciudad que la alberga, Roma. De entre los cuentos de princesas, el que nos narra William Wyler es el más periodístico; y entre los relatos periodísticos, éste es el más noble y principesco. La aventura jugosísima de la encantadora Audrey Hepburn y el atractivo Gregory Peck es tan esponjosa que el espectador tiene que aguantarse las ganas de comprarse una vespa, irse inmediatamente a Roma o ponerse a NO escribir un artículo. Y que nadie busque, en esta era de la magia del digital, una película con mejores efectos especiales: están ahí, en la mirada y la sonrisa de sus protagonistas.

Inferno (***) 15.00 h. TV13

Con que talento y pelirrojez convirtió siempre Rhonda Fleming la dulzura en iniquidad, y con cuanto equilibrio combina Robert Ryan la dureza con su cara de pringado. En esta historia sucia, de «portero que llama dos veces», el marido rico de una mujer «mantis» ha de sobrevivir en pleno desierto al intento de asesinato de ella y su amante.

Colegas 2 (**) 22.00 h. TV2

El cine de Eloy de la Iglesia es ya una botonadura de muestra trágica, un rastro de realidad muerta, de gente en la cuneta. Una historia de amistad, de barrio pobre, marginalidad y amor truncado, encabezada por los hermanos Flores y por algunos habituales del cine quinqui, como José Luis Manzano o «El Pirri».

El corruptor (**) 0.30 h. Antena 3

No es el «Manhattan sur» de Cimino, pero su trama policíaca en el «chinatown» neoyorquino es más dura que la mollera de un ultra nacionalista. La acción, previsible pero bruta, la ponen dos especialistas en ella, Yun-Fat y Wahlberg, enfrentados a las mafias y a la corrupción policial.

Isi/Disi: Amor a lo bestia 2 estrellas (**) 1.05 h. TV2

Es tan fácil encontrarle la gracia verdosa a esta comedia de caldo gordo, como sentir rechazo y vergüencilla ajena, pero el caso es que exprime hasta el último chorreo las posibilidades de su impresentable (y genial) pareja protagonista y del elogio a ese submundo «jevi» al que caricaturizan. Todo es ripio (y descacharrante), y hasta sale Sabina para certificarlo.