Hasta el último hombre

Andrew Garfield: «Me habría gustado tener cinco años para preparar este personaje»

Desde que se quitó el traje del hombre araña, Andrew Garfield habita personajes espirituales. Este mes le vamos a ver en dos grandes películas: «Hasta el último hombre» y «Silencio»

Los Ángeles Actualizado: Guardar
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Desde que se quitó el traje del hombre araña, Andrew Garfield habita personajes espirituales. Este mes le vamos a ver en dos grandes películas: «Hasta el último hombre» y «Silencio». En la primera interpretando al soldado y miembro de la Iglesia Adventista, Desmond Doss, y en la segunda al jesuita Sebastiao Rodrigues. En Los Ángeles, durante la promoción de la cinta de Mel Gibson, hablamos con uno de los actores británicos más representativos del Hollywood actual.

[Lee nuestra crítica de «Hasta el último hombre»]

-¿Qué despertó su interés en la historia de Desmond Doss para tomar la decisión de interpretarlo?

-Es muy raro para un actor encontrar un guión y decir «¡Oh Dios mío! tengo que hacer este filme, tengo que hacerlo».

Es un sentimiento horrible tener ganas de contar una historia cuando has decidido tomarte unos meses de descanso. Luego, me enfrenté a la duda de si sería capaz de representarlo con veracidad o no. Creo que este filme es un testimonio de lo que representó Desmond, de quién fue.

-¿Tuvo tiempo para prepararse?

-Hubiera deseado tener cinco años para prepararme porque te entregan la vida de alguien que merece ser honrado, no solo dentro de su comunidad religiosa, sino por todos, porque su forma de comportarse transcendió en actos de amor hacia el ser humano que son incomprensibles para muchos de nosotros. Sus acciones en cada momento, al encontrarse con soldados japoneses en los túneles y no dudar en ayudar a alguien que lo necesita, sin mostrar miedo ni dudar, fueron increíbles. No ve enemigos, no ve uniformes, solo ve a un hermano y eso es un acto que transciende, algo raro en nuestra cultura.

-¿Cómo encontró la profundidad de Desmond, su espiritualidad?

-Quería saber todo de él. Leer todo lo que pudiera sobre Desmond. Hubo un momento muy particular y profundo para mí en su casa de Chattanooga, Tennessee, donde Desmond murió. Allí, en su última morada, agarré sus herramientas, pasé un día entero sintiendo su presencia, pidiéndole que me guiara en el camino de representarle. Le pedí que me dijera cómo ser él de la mejor forma posible, y debo reconocer que de una forma misteriosa, sentí su presencia en el rodaje. Todos nos empapamos de su espiritualidad al hacer la película.

-¿Cree que el público puede sentirse conmovido por la historia de Desmond?

-Ha costado mucho hacer esta película pero espero que el público, al verla, sienta lo mucho que nos impactó Desmond y, tal vez, ellos también se sientan inspirados por él. Creo firmemente en ser fiel a ese ser interior más profundo que me habita.

-¿Puede adelantar algo de «Silencio»?

-Otro personaje que me marcó. No soy un hombre muy espiritual, sin embargo, a través de mis personajes intento aprender a ser mejor ser humano. Estoy muy agradecido a Martin Scorsese y a Mel Gibson por la oportunidad de interpretar dos personajes tan importantes en la historia de la humanidad.

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