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Crítica de Rogue One. Una Historia de Star Wars (***): Rendirse es una palabra que no existe

«'Rogue One' tiene todo lo que se pide a un Star Wars de toda la vida, aunque uno de los protagonistas sea un mexicano reconvertido que se erige en el mejor de la película»

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Es fácil de entender que para los seguidores de Star Wars –que son legión y muy fanáticos de su saga– todo se comprenda y se ate con hilos de acero. Para el resto no es tan fácil, así que hay que explicar que esta nueva entrega se establece entre la tercera (que es la sexta) y la cuarta (que en realidad es la primera), más o menos... O para que lo entiendan mejor: un poco antes del famoso ataque de las naves rebeldes a la Estrella de la Muerte en la primera película de toda la saga.

[Consulta la cronología de Star Wars]

La trama se establece en cómo se construyen los planos del arma que destruye planetas y en cómo se han de conseguir dichos planos en el que se describe el único fallo y punto débil que tiene dicha arma.

Una vez establecidos los parámetros del argumento diremos que todo es igual que siempre, pero distinto. Es decir, lo que estamos acostumbrados a ver en las Star Wars: una heroína, valiente y arrogada, un pistolero mitad Han Solo y mitad León el profesional (excelente de nuevo Diego Luna), y un montón de naves de uno y otro lado dándose hasta en el cielo de las alas.

Nada falta y nada sobra, si acaso hay poco Darth Vader y mucha acción, que es lo que se pide a un producto de este tipo.

Una vez que sabemos que el envoltorio es tan atractivo como siempre a pesar de que se ha revisado ya una docena de veces, establezcamos que el mayor haber que tiene la película es el reflejo moral de determinados personajes, sobre todo el de aquellos para los que la palabra rendirse no existe, ni siquiera se plantea como una opción. Todo parece una misión imposible, pero los valores innatos del ser humano de rebelarse contra la dictadura y la opresión, tan de moda siempre en Hollywood y tan relevante hoy día en el mundo, están presentes en cada centímetro del celuloide de Gareth Edwards.

En el paquete de añadidos, un robot con cada vez más participación en la saga, un ciego medio jedi medio Bruce Lee, y una serie de secundarios a cual más heroico, de esos de salir a la nada con el pecho descubierto y la muerte segura en cada acción audaz y osada. Es decir, todo lo que se pide a un Star Wars de toda la vida, aunque uno de los protagonistas sea un mexicano reconvertido que se erige en el mejor de la película, tan atormentado y sentido él...

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