Crítica de El intercambio: Comedia sexual de una noche desafortunada
El resultado no logra alejarse del teatro filmado, sin respiraderos, y el público tendrá difícil tomar partido por alguno de los desangelados personajes
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Un matrimonio de cuarenta y tantos se dispone a celebrar su aniversario con un intercambio de parejas, circunstancia que da título a la película de Ignacio Nacho, quien adapta su propia obra teatral. No conviene confundirla con la cinta homónima de Clint Eastwood ni dejar que la presencia de Pepón Nieto y el aroma que desprende la trama evoquen demasiado la última comedia de Álex de la Iglesia, «Perfectos desconocidos». En este intercambio también destaca su vistoso reparto y unos diálogos con momentos de lucidez. Parecen elementos suficientes, incluso los engañosos, para atraer al público, pero no es probable que este vea colmadas sus expectativas.
Justo así, como un espectador engañado, se siente el personaje que interpreta Pepón Nieto durante los 84 minutos que dura la película, otro motivo de celebración (el metraje). El actor da vida a un marido ruin, que manipula a su poco espabilada mujer, Natalia Roig, quien pese a todo aporta entusiasmo a su papel. Tampoco termina de desenvolver su caramelo envenenado Hugo Silva, como un filantrópico gurú del sexo, ni convence el furor carnal de Rossy de Palma. En resumen, no hay nadie medio normal en la función.
El resultado no logra alejarse del teatro filmado, sin respiraderos, y el público tendrá difícil tomar partido por alguno de los desangelados personajes. La sencillez de la propuesta y la modestia del presupuesto sí invitan, en cambio, a sentir simpatía por el autor, que quizá la pierda ante algunos espectadores por lo poco refinados que son a veces su humor y su lenguaje.
