Aloys (**): Detective sin caso

Aunque el protagonista es un investigador privado, la película no le ofrece al espectador la menor intriga o cualquier atisbo de archiconocido género para que le hinque el diente

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Aunque el protagonista es un investigador privado, la película no le ofrece al espectador la menor intriga o cualquier atisbo de archiconocido género para que le hinque el diente.

Hay que estar mellado de esos colmillos para paladear la primera película del suizo Tobias Nölle, un creador de atmósferas, un deshojador de misterios y de estados de ánimo.

Al detective Aloys Adorn nadie en su sano juicio le encargaría un caso: demasiado solo, demasiado raro, demasiada cara de estar a punto de romper algo (al careto del actor Georg Friedrich hay que acostumbrarse, como a las manías de un compañero de piso), y la llegada a su vida de una extraña mujer, Vera, no hace más que subrayar aún más la sensación de soledad y de existencia onírica en una rara coreografía de acercamientos y alejamientos.

Es un tipo de cine que apenas te muestra una rendija para entrar en él, y aún dentro lo que te ofrece es poco más que un aleteo concentrado en alguna sugerencia y en unas imágenes con poder hipnótico. Se trata, al cabo, de una película que con los mismos argumentos pude resultar reveladora e innovadora, o puede caerte encima como uno de esos conocidos pelmazos.

Ver los comentarios