«100 metros» (**): La soledad de un gran dúo

Tan fáciles son de ver las muchas cualidades de esta película como los varios «desperfectos» cinematográficos de los que también, digamos, presume.

Es una película real, tanto por su historia como por el enorme, casi incontable, talento de los actores que la protagonizan. La química perfecta (al menos, en la pantalla) de Dani Rovira y Karra Elejalde consigue que la historia de Ramón, el triunfador que se tropieza con la esclerosis múltiple y cambia por completo su vida y su concepto de los cien metros, lo tenga prácticamente todo, dramatismo, mucho humor, sentimiento, principios y diversos grados de emoción.

Ellos dos, y también la notable entrega de Alexandra Jiménez y la suculenta presencia de María de Medeiros, deberían agotar toda la conmoción, compasión y sensibilidad de la historia, pero la narrativa de la película, su escritura, sus recursos fáciles, su voluntad de subrayado, su tratamiento de la música y del sentimentalismo es lo que realmente agota a lo que ya estaba lleno.

El director, Marcel Barrena, equivoca el tiro, y donde debiera apuntar contención de cámara, de lenguaje y de acentos, pues ya lo llevan todo puesto la increíble comprensión y emoción de sus magníficos actores, lo ametralla en un descarado desperdicio de munición hipersensible.

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