Andy Boman
Andy Boman - ABC

El Flaco: la cocina oriental de un sueco

Las elaboraciones cuentan con picantes y especias que aportan autenticidad; frescas, llenas de matices y con sabor

Madrid Actualizado: Guardar
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Andy Boman es un cocinero sueco con un larguísimo recorrido, desde Estocolmo a Tailandia, antes de aterrizar en España, a donde llegó para entrar en la cocina de Asiana y posteriormente abrir Ginger Boy, un modesto restaurante de platos asiáticos a domicilio. Allí nos sorprendió por la autenticidad y frescura de sus curries y de otras elaboraciones, especialmente las tailandesas. Abrió más tarde Amasia, donde la amplitud de la oferta no acabó de convencer a la clientela.

Reaparece ahora liberado de socios y centrado en lo que mejor sabe hacer. Cocina asiática potente, para la que no duda en utilizar picantes y especias que le dan autenticidad a sus elaboraciones, frescas, llenas de matices y con sabor.

El nuevo restaurante se llama El Flaco, mote que define muy bien al sueco.

Pero en este caso no hay que desconfiar de un cocinero delgado, porque Andy lo hace muy bien. Un local algo alejado de los circuitos habituales, con dos comedores separados, una pequeña barra y una cocina aún más pequeña. Equipo de sala no muy numeroso pero con ganas de agradar. Y una bodega reducida, especialmente en blancos y espumosos, que son los que mejor encajan con esa cocina potente y especiada. De hecho es mejor recurrir a la cerveza. Nos sobra una música ambiental demasiado elevada, que llega a ser molesta en ocasiones.

Ya el aperitivo, una crema de melón con leche de coco y albahaca tailandesa, marca bien por dónde va a ir la comida. Hay una breve carta y un interesante menú degustación (40 €), con cuatro entrantes, un principal y un postre. Si a usted le gusta el picante conviene que se lo advierta al camarero. Los puntos de los platos serán así más auténticos. Si va por la carta, casi todo está pensado para compartir.

Empezamos muy bien con los rollitos. Por un lado los vietnamitas (7,90), más ligeros y frescos, de verduras con mango verde y salsa de aceite de sésamo, vinagre de arroz, chile y ajo. Por otro el crujiente de cerdo y langostinos con salsa «nam prik» de pescado especiada (10,95). Muy bien frito, con gran sabor. Boman prepara un bao de panceta confitada en caldo cantonés (10,95). Ahora que todo el mundo los hace hay que distinguir los buenos de los malos, y los este encaja en la primera categoría. Correcta la brocheta satay de pollo de corral con la salsa de cacahuete (9,95), y agradable el «mud crab», cangrejo en salsa malaya de pescado y pimienta negra, con albaca tai y ajo crujiente (19,95).

Pero donde Boman destaca es con los curries. Tanto el verde de corvina con leche de coco, guisantes y albahaca (23,50), como el magret de pato con curry rojo casero, lichis y judías verdes (19,95) están a un nivel muy alto. Los postres, por el contrario, son prescindibles, pero no hacen ninguna falta.

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