LA TRIBU

¿Me has visto?

Sí, hijo mío, te he visto, cómo no te voy a ver, si estás más visto que la fachada exterior de la Puerta del Príncipe…

Hay personas que se las ingenian para lograr una silla en Semana Santa o una caseta en Feria de forma gratuita RAÚL DOBLADO
Antonio García Barbeito

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Sacaba carné de esquina de córner con la esperanza de que, al lanzar uno, su cara apareciera entre los cientos de cabeza que aparecían en la Hoja del Lunes. Si salía, aunque se necesitara cuasi una prueba de ADN para saber que era él, compraba el periódico y se iba por las calles a lo de siempre, a preguntar si lo habían visto: «¿Me has visto? Mira, este soy yo. Allí estaba yo cuando el extremo tiró el córner…» Y así, de la Hoja del Lunes, a donde hiciera falta, con tal de salir en la foto. Incluso en un estudio de fotografías que había en la calle Laraña fue a hacerse una de carné y, al ver que ponían algunas fotos en el escaparate, negoció estar allí siquiera un par de días. Entonces, llamaba a un amigo, se hacía el tonto, se pegaba a la acera del estudio y decía: «Oye, ese soy yo, ¿me has visto?»

Ni tuvo arreglo ni lo tiene. Un amigo canalla le puso de mote Elquevacon. «¿Elquevacon?», le pregunté, y me dijo: «Sí, sí… ¿Tú no ves que la gente no lo conoce y como es incapaz de ir solo se pega a los conocidos y siempre lo nombran igual: “El que va con…”? Pues por eso es Elquevacon.» Una invitación oficial —de un conocido— lo metió por primera vez en una plaza de toros, y allí estaba él al día siguiente, en la galería de personas que el periódico había fotografiado. Allí, claro, también era «el que va con…», pero él compró el periódico, se dio los bandazos oportunos y lo mostraba orgulloso ante quien se encontrara: «¿Me has visto?» De los toros pasó al fútbol —más gañote y más Elquevacon—, y a seguir mostrando imágenes: «¿Me has visto?» Del fútbol, a las sillas de la Semana Santa, de la Semana Santa, a la Feria, y de la Feria, al Rocío. Y venga la misma pregunta: «¿Me has visto?» Y lo malo es que encima te dice que él no tenía ningún interés, que es que el otro, el famoso o conocido, se empeñó en que se pusiera a su lado o lo acompañara, y lo ves con catavino en una caseta, o con pañuelo almonteño y manípulo de romero, vestido de rociero de nuevo cuño y presumiendo de que lleva allí más tiempo que la hermandad de Villamanrique. Durante los días de corridas, lo he visto ya en dos periódicos distintos, y en la Feria, en dos casetas distintas con dos famosos distintos. Aguanta lo que sea, recalmones, chaparrones, bullas, colas, lo que haga falta, con tal de poder preguntarles a todos «¿Me has visto?» Sigue siendo para muchos aquel Elquevacon de otros días, la cabeza aproximadamente suya en la foto de córner de la Hoja del Lunes. Y ahí sigue. «¿Me has visto?» Sí, hijo mío, te he visto, cómo no te voy a ver, si estás más visto que la fachada exterior de la Puerta del Príncipe…

antoniogbarbeito@gmail.com

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